Que la presidenta Claudia Sheinbaum estará el próximo fin de semana en Veracruz para acompañar a la morenista Rocío Nahle en su toma de protesta como gobernadora ante el Congreso estatal, pero aunque será invitada especial, no se prevé que tome la palabra en un acto al que asistirán también gobernadores del movimiento de la cuarta transformación, con lo que llegará a su fin un periodo caracterizado por polémicas y disputas políticas sobre todo generadas por el mandatario saliente, Cuitláhuac García.
Que el llamado frente #YoPorLas40Horas, encabezado por la ex diputada morenista Susana Prieto, se plantará mañana al exterior del Palacio Legislativo de San Lázaro e iniciará una huelga de hambre, emplazando al líder parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal, a dar la fecha para la votación de la reforma sobre la reducción de la jornada laboral y honrar su palabra de que ese sería el regalo de Navidad para los trabajadores mexicanos. A ver.
Que uno de los efectos de la extinción de los jefes de prensa y directores de comunicación social de verdad es el caso Rubén Rocha Moya, quien para variar se hizo bolas, ahora con las palabras “encuentro” y “choque”, o se quiso salir por la tangente, pues primero habló de encuentros del crimen con autoridades y después matizó con el argumento de que él se refería a enfrentamientos. Ricardo Monreal, siempre oportuno, salió al quite a decir que fue “un lapsus”, todo en medio de un enrarecido clima de violencia en Sinaloa.
Que a partir del rompimiento con la ministra presidenta, Norma Piña, la titular del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Mónica Soto, evadió el protocolo de presentar su informe anual de actividades ante el pleno de la Suprema Corte y de la Sala Superior y, para cumplir con la obligación legal, se limitó a enviarlo por escrito. De hecho, a fin de darle trámite a la rendición de cuentas, ayer improvisó en el encuentro anual de magistraturas electorales. Como si faltaran diferendos en ese terreno.