Este domingo 22 de septiembre se realizará el Congreso Extraordinario Nacional de Morena, con la asistencia de al menos tres mil consejeros del partido, quienes deberán decidir la conformación de la nueva dirigencia del instituto.
De cara al final del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, fundador del Movimiento de Regeneración Nacional, se deberá definir a quienes ocupen a partir de la siguiente semana la presidencia y la Secretaría General del partido, así como los demás cargos del Comité Ejecutivo Nacional.
Se trata no solo de una elección interna más o de un cambio de estafeta, estamos ante el inicio de una nueva etapa dentro de Morena que representa el caminar ya sin la figura de AMLO pero cuidando su legado: el obradorismo.
Para ello se ha planteado una reforma a los documentos básicos del partido, los mismos que comenzaron allá en 2013 con la notificación que hiciera el entonces representante jurídico de Morena A. C., ante el INE, Martí Batres, para constituirse como partido político nacional, el resto es historia.
Sin embargo, es preciso reflexionar sobre lo que se pretende reformar, tomando en cuenta que los documentos básicos contienen la declaración de principios y los 10 puntos del proyecto de nación, que son la piedra angular del obradorismo, y que hoy muchos ni siquiera los conocen, incluso funcionarios contratados en gobiernos de la 4T en todo el país.
Sería bueno saber cuántos pasarían una evaluación obradorista y de bases políticas de Morena, en donde se estipula la revolución de las conciencias y un pensamiento crítico y solidario. Una nueva corriente de pensamiento.
“Morena se compromete a trabajar haciendo conciencia en las regiones más pobres del campo y de las ciudades para contrarrestar la compra de voluntades y conciencias. Un pueblo culto es un pueblo libre”, expresan en su declaración. ¿Los actuales representantes sabrán hoy de esto?
Un punto clave es que desde su fundación, Morena consideró indispensable la formación de jóvenes como dirigentes sociales en todo el país. Por eso, ahora se dará paso a la propuesta de Luisa Alcalde como nueva dirigente nacional y de Andrés López Beltrán, como encargado de la formación y organización política, principal heredero del pensamiento obradorista.