El fin de semana viene a Hidalgo la presidenta Claudia Sheinbaum, específicamente al municipio de Tepeapulco, en un evento vespertino de sábado luego de acudir primero al Estado de México.
La mandataria mantiene su ritmo de trabajo diario, de lunes a viernes en Palacio Nacional y con reuniones en donde recibe a gobernadores, secretarios, empresarios, y los fines de semana, acude a diversos estados como lo hará este 4 de enero en el Altiplano hidalguense.
Antes de que les digan otra cosa, Sheinbaum Pardo no es ajena a los escenarios locales de la política en México; es algo que aprendió desde su formación territorial con Andrés Manuel López Obrador, y quienes crean que por acudir y lanzar vítores o aplaudir y poner en sus redes que son más obradoristas que el propio hijo de AMLO, están yendo por una ruta equivocada.
El trabajo que se le está mostrando a la Presidenta, las hojas con informes que ya están en su despacho, provienen de los operadores políticos con los que cuenta, no ahora, desde hace muchos años, entre su gente de confianza y que hoy están ratificados ya sea en el gabinete o en institutos o en Morena a nivel nacional o en CdMx.
La inclusión de hidalguenses en el gabinete federal como en los años del priato, quedó lejos y las anécdotas hoy son sólo las de las redes sociales y eventos del corazón, más que de mostrar un trabajo en beneficio de la gente que otorgó su confianza con el voto.
El gobernador Julio Menchaca sabe de ello y por eso en dos años ha trazado un estilo con las Rutas de la Transformación, un esfuerzo que solamente le pertenece a él como figura política y que la propia Presidenta conoce a la perfección, los demás políticos y advenedizos de los próximos cargos en juego, tendrán que idearse nuevas estrategias este 2025 y bajarse un poco de la nube para poder ser bien vistos por el pueblo.
¿Habrá mensaje político de la Presidenta en Hidalgo?, seguramente para los que saben leer entre líneas sí, pero más allá, la instrucción a los servidores públicos de la 4T es y será la misma siempre, dejar de lado los intereses personales y anteponer los de la gente y sus necesidades.