Una de las banderas principales con las que inicia el sexenio de la presidenta Claudia Sheinbaum es la de las mujeres.
Y me refiero a que es una causa, más que un planteamiento político o un tema mediático, sino que representa un pilar, sino es que el principal, por el que fue designada candidata primero y posteriormente, electa como mandataria nacional.
El “si llegamos una llegamos todas” representa también un compromiso del que no se puede retractar y del que ya nadie puede hacer menos, como si se tratara de un lema de campaña, pues de aquí en adelante será medida principalmente por el sector de las mujeres, de las niñas, de las adultas, quienes esperan que sea la primera presidenta de México la que dignifique la vida de las mujeres en México.
Uno de sus primeros programas con los cuales ya está operando su administración es precisamente el de las pensiones del Bienestar para las mujeres de 60 a 64 años, un complemento a lo que son las pensiones generales que se entregan a partir de los 65 años pensadas para poder atender a las millones de mujeres que son el sustento de las familias mexicanas y que siguen siendo el sostén incluso en la edad adulta.
En su discurso de inicio de sexenio, la presidenta Claudia Sheinbaum se comprometió también a enaltecer a la mujer mexicana y que no sufra más por discriminación o trato desigual, ya sea en el trabajo, en el hogar, en el acceso a la justicia, en sus derechos humanos, pero sobre todo en la vida cotidiana.
Precisó que hay casos como los de las mujeres indígenas y de los pueblos originarios del país, en donde no solo basta el reconocimiento en la ley, sino la creación de una cultura verdadera en la que se respeten las tradiciones, la lengua, los territorios y los derechos de las mujeres de comunidades, es decir, que no se atente en ningún momento contra ellas, y que se reconozca que se ha fallado como sociedad en poderles darles un lugar, el lugar que se merecen.
Incluso fue más allá dijo que las situaciones grave al grado de que la mujer indígena es triplemente discriminada en México, primero, por ser mujer, segundo, por el estado de vulnerabilidad social en el que se encuentran la mayoría de estas mujeres y tercero, por ser indígena, esta es una situación muy lamentable que la Presidenta puso en el centro de la discusión pública y que sin lugar a dudas me parece que será parte de lo que guiará su administración para poder elevar el respeto hacia las mujeres.
Otro de los temas que seguramente serán muy polémicos en su administración será la relación que lleve con las feministas y me refiero no solo a las que salen a marchar el 8M, sino las que están constituidas en asociaciones civiles, en organizaciones, en colectivas, y que precisamente son las que van a estar demandando la atención de la primera presidenta.
Hay que recordar casos como los que se vivieron en el sexenio anterior en donde mujeres mantuvieron secuestrada por un tiempo la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, y que posteriormente vimos cómo fueron desalojadas y detenidas, incluso la misma Claudia Sheinbaum, entonces como jefa de Gobierno de la Ciudad de México, declaró que habría empatía en los procesos en contra de las personas que fueron detenidas pero que se aplicaría la ley debido a que irrumpieron en un edificio público y se encontraron en diversas situaciones que ya no corresponden con la bandera original de la protesta social.
Esto viene a ser relevante porque también dejará ver a una presidenta y su postura en torno al derecho a manifestarse, a el momento en el que las consignas comienzan a penetrar la luna de miel entre el pueblo y su mandataria, que en estos momentos luce impenetrable.
Un último punto que me parece va a ser medular en el tema de la mujer y el gobierno que encabeza la primera Presidenta es el tema del feminicidio, y esto va mucho de la mano con la estrategia de seguridad que recién también fue presentada en Palacio Nacional y que habla de recuperar las causas de recuperar el tejido social que en momentos como los que hoy se viven parece ser una opción que no llena la pupila de los que están pidiendo acción fuerte, concreta y rápida, en contra no solo de grupos criminales, sino de los hombres que atentan contra la vida de las mujeres.
La estrategia del abrazos no balazos nunca funcionó con el machismo y está comprobado que nunca funcionará. En ese sentido veremos cómo la administración de la presidenta busca la manera de erradicar el cáncer social del machismo y la violencia principalmente del seno de las familias mexicanas para que se pueda salvar la vida de miles de mujeres que mueren, sino todos los días por lo menos en una muy buena cantidad cada semana que transcurre, debido a que viven verdaderos infiernos en sus hogares, en sus relaciones o simplemente por el hecho de salir a las calles.
El sexenio de la presidenta Claudia Sheinbaum empieza con mucha expectativa sobre todo por el sector de las mujeres y como colofón también queda el cómo llevará sus relaciones con las otras mujeres de la política, ya que incluso empezó más ríspida de lo que se esperaba, cómo se llevará con la oposición, cómo se llevará con la ex candidata hidalguense Xóchitl Gálvez, cómo se llevará con las senadoras, con las diputadas que no son de su corriente ideológica, esa se la dejo a usted querida y querido lector para que nos dé su muy apreciada opinión.