El régimen que viene

  • Razones y pasiones
  • Elisa Alanís

Ciudad de México /

La Presidenta tiene un cheque en blanco. Morena y aliados lograron —primero gracias al INE, que encabeza Guadalupe Taddei, y al TEPJF, que lidera Mónica Soto, y después a dos perredistas y a los Yunes— obtener la mayoría calificada en el Congreso para hacer y deshacer.

Sus primeras reformas causaron, con justificada razón, preocupación a propios y extraños. No solo la del PJF, sino también la de “supremacía constitucional” que les permitirá votar lo que quieran sin que nadie pueda impugnar, así sea regresivo y violatorio de derechos.

A la pregunta de si, por ejemplo, decidieran aprobar la reelección presidencial, Adán Augusto López respondió que eso jamás lo harían, pues tienen principios.

Ese es, precisamente, el problema. Que la nación no debe pender de un hilo. No debe estar a expensas de los principios de Adán, Monreal y compañía, sino de un sistema democrático.

Estructuralmente están armando un andamiaje sin contrapesos que puede aprovecharse para dinamitar la pluralidad de voces y favorecer acciones dignas de autocracias o, peor aún, de narcodictaduras militaristas.

Académicos y organismos nacionales e internacionales (ajenos a los intereses políticos de grupos oficialistas y de oposición) señalan el gran riesgo que representan estas reformas. Reconocen el oscuro sendero que pavimentan.

La conformación de un nuevo régimen sucede a la vista de todos, paso a paso, poco a poco, escándalo tras escándalo.

¿Qué quiere hacer la titular del Ejecutivo federal con ese documento en blanco que le permitirá construir el país que desee? ¿Quiere fortalecer a la República? ¿O diluir la división entre los poderes de la Unión? ¿Quiere ser la primera mujer presidenta y un referente local y mundial? ¿O pasar a la historia como la que logró llegar para luego instaurar un gobierno ajeno a la democracia?

Lo mejor para México, y la propia mandataria, es que la Corte resuelva contra aquello que viola DDHH, procedimientos y el espíritu de progresividad. Que se acate. Y, ahora sí, la Dra. Sheinbaum podría impulsar su propia iniciativa integral para transformar a las fiscalías, a las defensorías públicas y a los poderes locales y al federal. Está a tiempo.

Aquí entre nos

Nada más para ir midiendo quién es quién, Monreal dijo que la reforma sobre la llamada “supremacía constitucional” fortalece el Estado de derecho y arremetió contra el proyecto del ministro Juan Luis González Alcántara.

¿Ustedes qué opinan? 


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