Masacres

  • Razones y pasiones
  • Elisa Alanís

Ciudad de México /

El senador de Morena Félix Salgado Macedonio intenta hacer “control de daños”. Pide alzar la mano a quienes consideren que su hija Evelyn canta bien. Y es que en redes se observa a Evelyn Salgado, gobernadora de Guerrero, aventándose un palomazo junto a Coque Muñiz

Mientras entonan “Si nos dejan”, en Chilpancingo abandonan 11 cuerpos de pobladores de Chautipan. Son cadáveres de hombres, mujeres y niños. Entre ellos, un adolescente que días antes aparece en un video difundido por los sanguinarios homicidas. El menor envía un mensaje, maniatado.

Familiares lloran frente a los restos de sus seres queridos. A escasos kilómetros, la diputada local de la autodenominada 4T, Citlali, se pasea en una Cybertruck. Aclara que ese lujoso auto, valuado en cerca de 2 millones de pesos, no es de su propiedad, sino de un amigo de Tlacotepec, área en la que, por cierto, tienen presencia Los Tlacos.

Chilpancingo es el mismo lugar donde Otilia, la entonces alcaldesa, charla con el líder de otro grupo: Los Ardillos.

Al reportero de El Sur y corresponsal de Proceso le roban su equipo. Colegas denuncian que servidores públicos los amedrentan para que no cubran la violencia y la inseguridad.

En esa región, como tantas otras de la República, la delincuencia organizada opera al amparo del poder.

Las víctimas se suman, si así lo decide el gobierno federal, a las cifras oficiales. Se diluyen en medio del discurso y la propaganda. En tanto, en menos de una semana, más masacres.

En Edomex, hombres entran al bar Bling-Bling y matan a seis personas.

En Querétaro, sicarios descienden de una camioneta con placas de Guanajuato. Abren fuego contra quienes se encuentran en Los Cantaritos. La autoridad dice que van por un hombre. Asesinan a 10 comensales.

Ahí está Fátima. Su tío le comenta al periodista Manu Ureste que indigna que digan que son delincuentes. “Era una niña de bien… ya no podemos hablar. No tengo otra idea que la gente que nos sentimos agredidos, frustrados, podamos hacer algo para que esto se acabe… nos están quitando lo que más amamos”.

Los narcos, además de traficar, extorsionar, desaparecer… corrompen e imponen a sus funcionarios.

Hoy a la mañanera acude el gabinete de seguridad. El tiempo apremia.

Aquí entre nos

La presidenta Sheinbaum no cuenta con los políticos —de su movimiento y de oposición—, ligados a cárteles y sus células, pero sí con millones de personas que queremos la paz en México.


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