En un entorno político y económico cada vez más desafiante, la eficiencia y la puntualidad en la entrega del Presupuesto son esenciales para el desarrollo de cualquier entidad federativa. En el caso de Nuevo León, la reciente presentación del Presupuesto de Egresos 2024, aunque ambiciosa en sus objetivos, ha puesto de manifiesto serios problemas de coordinación y gestión que amenazan con socavar su implementación efectiva.
El Presupuesto estatal 2024, que asciende a 156 mil 047 millones de pesos, prioriza áreas clave como la educación, los municipios y la seguridad. Sin embargo, la tardía entrega de este documento al Congreso del Estado y la falta de coordinación entre las diversas instancias gubernamentales encargadas de gestionar estos recursos no solo generan incertidumbre, sino que también limitan la capacidad de los municipios y otros organismos para planificar y ejecutar proyectos fundamentales para el bienestar de la ciudadanía.
Uno de los aspectos más preocupantes de este proceso ha sido la reconducción presupuestal que se ha llevado a cabo desde el 1 de enero de 2024. Si bien es cierto que esta medida ha permitido que los tres Poderes y los entes autónomos continúen operando, también refleja una clara deficiencia en la planificación financiera del Estado. La reconducción presupuestal, lejos de ser una solución ideal, es un parche que demuestra la falta de previsión y la incapacidad de las autoridades para entregar un Presupuesto a tiempo y de manera adecuada.
El secretario de Finanzas ha enfatizado que el crecimiento de los ingresos estatales ha permitido que la deuda de Nuevo León se mantenga en niveles sostenibles. Sin embargo, este argumento no puede ocultar el hecho de que la ineficiencia en la entrega del Presupuesto pone en riesgo la ejecución de proyectos cruciales. La inversión en infraestructura, como las nuevas líneas del Metro y las carreteras Interserrana y La Gloria Colombia, así como los proyectos de seguridad dependen en gran medida de una gestión presupuestal oportuna y eficaz. La demora en la entrega del Presupuesto y la consiguiente necesidad de recurrir a la reconducción presupuestal afectan directamente la capacidad del Estado para cumplir con estos compromisos.
Además, la falta de coordinación entre el Gobierno estatal y los municipios es otro factor que agrava la situación. Los municipios, que recibirán 17% del total del Presupuesto, dependen de estos recursos para atender las necesidades más urgentes de sus comunidades. Sin embargo, la entrega tardía del Presupuesto y la falta de claridad en las asignaciones generan incertidumbre y dificultan la planificación a nivel local. Los municipios, que ya enfrentan múltiples desafíos, no pueden permitirse el lujo de operar en un entorno de incertidumbre financiera.
Urge que el Gobierno de Nuevo León reconozca la gravedad de estos problemas y tome medidas para mejorar la coordinación y la gestión de los recursos. La entrega tardía del Presupuesto no solo es una falla administrativa, sino que también refleja una falta de respeto hacia los municipios y, por ende, hacia los ciudadanos que dependen de estos servicios.
La deuda estatal, aunque actualmente considerada sostenible, no debe ser vista como una excusa para justificar la falta de eficiencia en la gestión financiera. Es fundamental que el Gobierno estatal trabaje en estrecha colaboración con el Congreso y los municipios para garantizar que el Presupuesto se entregue a tiempo, y que los recursos se asignen de manera transparente y efectiva. Solo así se podrá asegurar que los proyectos prioritarios se lleven a cabo según lo previsto y que los ciudadanos de Nuevo León reciban los servicios y la infraestructura que necesitan.