Para hablar o criticar al movimiento #MeToo hay que entender cómo empezó y de qué se trata. El 5 de octubre de 2017 el diario The New York Times —en un reportaje de Jodi Kantor y Megan Twohey— reveló múltiples acusaciones de acoso en contra del productor Harvey Weinstein, entre ellas la de la actriz Ashley Judd. Días después la revista The New Yorker publicó un reportaje, escrito por Ronnan Farrow, titulado “From Aggressive Overtures to Sexual Assault: Harvey Weinstein’s Accusers Tell Their Stories”, en el que varias mujeres narraban los episodios de acoso sexual que habían sufrido por parte del productor. Farrow inició el reportaje cuando trabajaba en otro medio. Al ver que no sería publicado acudió a The New Yorker, donde aceptaron su propuesta y antes de publicar su artículo el contenido pasó por un riguroso proceso de verificación de los datos. Ambas investigaciones no dejaron lugar a duda. Cuatro miembros del consejo de su empresa renunciaron tan pronto salió a la luz y Weinstein fue denunciado. La empresa del que fuera uno de los hombres más poderosos en Hollywood hoy se encuentra en bancarrota.
El 15 de octubre de 2017, la actriz Alyssa Milano invitó en Twitter a otras mujeres a hablar del acoso sexual con la etiqueta #MeToo diciendo: “Si todas las mujeres que han sido acosadas o agredidas sexualmente hicieran un tuit con las palabras “Me too” podríamos mostrar a la gente la magnitud del problema”. El resto es historia.
En México, la periodista Carmen Aristegui, en su programa de CNN, invitó a mujeres para hablar del acoso sexual. Poner en la mesa el tema es importante y se reconoce el valor de una mujer a denunciarlo; sin embargo, el trabajo de Aristegui nos dejó con más preguntas que respuestas. La actriz Karla Souza denunció que había sido violada por un director, sin decir su nombre. Poco después, Televisa en un comunicado anunció que terminaba las relaciones con Gustavo Loza por las declaraciones de Souza. Loza aceptó haber tenido una relación con la actriz, pero negó las acusaciones en su contra. Su ex esposa y amigos salieron en su defensa. Varios medios publicaron fotos y videos de Gustavo Loza con Karla Souza en actitudes cariñosas. Además, publicaron una entrevista de la actriz en donde aceptaba haberse aprovechado de la atracción que productores sentían hacia ella para obtener papeles. En otro programa de Aristegui sobre el mismo tema, la dramaturga Sabina Berman narró cómo el director de casting de la película Gloria pidió a las niñas que se desnudaran a cambio de obtener un papel. Berman denunció a la persona equivocada y tuvo que retractarse. La comediante Sofía Niño de Rivera denunció al periodista Ricardo Rocha por acoso, en el mismo programa. Rocha no solo negó las acusaciones de la standupera sino que cuestionó públicamente a Aristegui por la transmisión de la entrevista. A diferencia de lo que pasó en Estados Unidos, en México faltó investigación y profundidad por parte de Aristegui y su equipo, lo que trajo resultados desastrosos para todos los involucrados. No es el papel de los medios ser jueces o tribunales, como bien expresa Juan Manuel Villalobos en su artículo en Animal Político (https://www.animalpolitico.com/blogueros-blog-invitado/2018/02/28/el-medio-es-el-verdugo/). Sabina, Karla y Sofía fueron objeto de burla y agresión en las redes. Muchos de los comentarios fueron tan ofensivos que son imposibles de transcribir. Por otra parte, la reputación de personas sobre las que no pesa ninguna denuncia de tipo legal quedó severamente manchada, lo cual es injusto y terrible. Para rematar, surgió la etiqueta: #Yonodenuncioporque, un efecto opuesto al que se consiguió en EU. El acoso y abuso sexual son problemas reales, dolorosos y por lo mismo no se deben tratar a la ligera. Los detractores del movimiento que temían que se convirtiera en una cacería de brujas vieron fundados sus temores. Algunos de los defensores consideraron que era un circo que perjudicaría la validez del movimiento en México.
El programa de Aristegui no fue un buen comienzo para un movimiento tan importante, como lo es #MeToo, en México; sin embargo, tengo la esperanza de que estos errores de arranque se subsanarán con el tiempo. Hoy 4 de marzo, se lleva a cabo una marcha de mujeres en Londres. Este #WomensMarch tiene como objetivo conmemorar el centenario del voto de las mujeres en Reino Unido y denunciar que todavía hay quienes son víctimas de abuso o violencia. Esto es lo importante, no perdamos el foco porque todavía hay mucho por hacer para que todas las niñas y mujeres del mundo vivan con seguridad, dignidad y respeto, y movimientos como #MeToo pueden ayudarnos a ello.
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