Estamos a un día del regreso a clases en México más esperado y más observado de la historia moderna. La pandemia nos mantuvo a padres e hijos, en una nueva dinámica que antes se esperaba solo en escuelas de “avanzada” o que tuvieran la capacidad tecnológica y pedagógica para presentar un programa de clases en línea en cualquier nivel escolar, pero el Covid19 nos enseñó entre muchas otras cosas que lo que antes pensábamos imposible o difícil de lograr, resulta que como muchas otras cosas en la vida, lo único que hace falta a veces es salir de una zona de confort que nos hace desidiosos, flojos y llenos de excusas.
En fin, mañana millones de niños en México regresarán a distancia, presencial o de forma híbrida a las clases, con una perspectiva de cómo obtener conocimiento muy diferente a a de hace un año y medio, y es que si bien el uso de las tecnologías de la información era parte ya de muchas escuelas y planes de estudio, la pandemia obligó a maestros, padres y alumnos a digitalizarse mucho más rápido de lo esperado.
Recuerdo aún cuando el Tec de Monterrey era una escuela de vanguardia por el simple hecho de pedir como “útil escolar” a sus alumnos el uso de una Blackberry y una laptop, herramientas que para muchos era una simple cuestión de estatus y presunción pero que en realidad, estaban dando herramientas vanguardistas a su plantilla de alumnos, al enseñarles desde los primeros años de la preparatoria y la carrera, a utilizar servicios como la mensajería instantánea, el uso de correo electrónico y la digitalización de servicios y trámites, mientras que muchos de nosotros en otras universidades, ni esperanza de poder decirle a un maestro que le mandabamos la tarea por mail o que si nos mandaba la lectura en formato digital, simplemente no había forma. Las fotocopias y las hojas impresas eran la forma de estudiar y entregar las tareas.
Hoy, casi ningún niño en zonas urbanas desconoce el uso casi natural de una interfaz en un smartphone, muchos conviven en el metaverso con juegos como Roblox o Fornite y sin saberlo este tipo de experiencia, los prepara como nunca en la historia para lograr trabajar a distancia y de forma colaborativa cuando lleguen a usar este metaverso para un fin profesional.
Las clases en línea hace dos años era imposible pensar que se “exigiría” fueran por videollamada, hoy es más natural eso que verse en persona. Y si bien hay una enorme desigualdad socioeconómica que impide que todos puedan hacer usos de este tipo de herramientas, la televisión volvió a ser un medio que ayudó a millones a seguir sus clases y el Whatsapp que hoy se instala desde el teléfono más barato hasta el más premium, permitió que alumnos, padres y maestro mantuviera comunicación continua y un aprendizaje casi personalizado.
Justo por esa razón, creo importante decir que hoy tener una laptop o una tablet no es un artículo de lujo, sino un útil escolar más que debe ser parte de una lista que evolucionó y debe seguir evolucionando para preparar mejor a nuestra niñez.
Si bien hay computadoras y tablets carísimas, también hay otras que no por ser baratas son malas, y es ahí donde como cualquier otro artículo, debemos de dejar de creer que por un bajo costo son malas.
Hay opciones como las de Alcatel que revisé hace unos días, y que me mostró Claudia Contreras, la CMO de TCL (Alcatel es parte de esa compañía) y que me sorprendieron por estar en precios por debajo de los 3 mil pesos con modelos que además están diseñados para niños, con cubiertas y materiales casi todo terrenos, y que tienen lo necesario para conectarse a una clase, hacer búsquedas por internet y conectarse a videollamadas.
El sistema operativo Android sin duda es la base de que gadgets como estos sean asequibles, y si bien iOS, es decir las iPads tienen modelos desde los 7 mil pesos promedio, la variedad de marcas y modelos con Android son muchos más.
En este regreso clases busca la tecnología que más se acomode a tu bolsillo, no la que más presuma tu hijo en la escuela, al final hoy en día ese gadget no es un juguete, es una puerta a el conocimiento que a pesar de lo malo que nos ha dejado esta pandemia, también nos ayudó a recorrer y llegar más rápido a un ,momento en donde todos entendemos que la tecnología en ocasiones no es un simple gasto, sino una inversión que nos puede dar muchos frutos.