¿Cómo nace un agresor de mujeres?

  • Semillas de conciencia
  • Gabriel Rubio Badillo

Tamaulipas /

Todo empieza con una pareja que se conoce e inicia una vida en común, sin cuestionarse los enormes compromisos que eso implica. Pueden o no, haber estado enamorados, pero con el tiempo descuidaron lo que llevaban construido.

Y llegaron los hijos, y el reto más importante de la educación (mantener el justo medio entre amor y disciplina) fue la segunda cosa que descuidaron.

Ese niño creció en uno de dos extremos: maltrato o permisividad excesiva. No todos los agresores vienen de una historia violenta en casa; la tolerancia sin límites, no es mas que indiferencia de sus padres. En el fondo, un niño entiende que si sus padres no le ponen límites, es porque no les importa. Les da flojera esforzarse en educarlo. Ya perdieron el brillo de su relación y después el entusiasmo por ese niño. Por eso le dejan hacer lo que le dé la gana. Han perdido la fuerza para educarlo.

El niño sabe que es una carga y no les despierta felicidad a sus padres. Lo mandan a la escuela y atienden porque no les queda otra: ya está ahí y no hay manera de regresarlo. Por eso crecerá acomplejado. Se llenará de ira y luego de odio: en la niñez con sus compañeros, en la juventud y sus noviazgos, o en la vida adulta con su pareja e hijos.

El perfil del golpeador de mujeres es un niño resentido por un padre ausente o violento. Una madre consentidora en exceso. Esos errores lo han convertido en un inseguro que no se siente merecedor del amor, pues no lo conoce. Por eso golpea y somete. Se siente menos y nunca tiene paz. No sabe cómo amar, no entiende el amor. El nivel de agresividad con su pareja, es del tamaño del rechazo de su madre y de lo pusilánime que fue su padre. Se sabe poca cosa y arrebata el amor a golpes para intentar completarse a sí mismo. Es un niño maltrecho, psicológicamente deforme y carente. Y por supuesto: sus víctimas son también incompletas: preferirán el dolor físico a la ausencia del que suponen las ama. Porque sus padres también fallaron en enseñarles el amor. Terrible combinación de carencias.

Y pensar que todo comenzó con una cita romántica muchos años atrás… y por lo menos, algunos de esos padres hoy se estarán preguntando: ¿en qué fallamos?

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