En el corazón del Sistema de Tren Eléctrico Urbano (Siteur) de Jalisco se oculta una problemática que evidencia la falta de transparencia y eficiencia administrativa de las autoridades responsables del transporte público. Desde 2019, las máquinas expendedoras de boletos se han convertido en un símbolo del despojo silencioso que afecta diariamente a miles de usuarios: estas no dan cambio y acumulan, de manera injustificada, 50 centavos por cada boleto vendido. Hasta septiembre de este año, ese excedente asciende a 52.8 millones de pesos (MDP), según cifras oficiales.
Las autoridades no han ofrecido respuestas claras sobre el destino de este dinero, ni mucho menos sobre el motivo detrás de la adquisición de máquinas incapaces de realizar una operación tan básica como devolver el cambio.
Desde 2020, la Auditoría Superior de Jalisco detectó irregularidades en este esquema. Señaló que Siteur no justificó la falta de capacidad de las máquinas para dar cambio y tampoco presentó una política clara para devolver el excedente a los usuarios. Dos años después, en abril de 2022, Siteur emitió un comunicado ambiguo: los excedentes no se utilizan para sus gastos ni para pagar al concesionario del sistema de peaje; permanecen “depositados en cuentas concentradoras” a la espera de instrucciones.
El discurso oficial evita precisar dónde está el dinero acumulado o cómo se planea devolverlo. Mediante solicitudes de transparencia, el diario NTR confirmó que Siteur argumenta la existencia de nueve módulos para gestionar devoluciones, pero los resultados son mínimos: en cuatro años, de las 26 mil solicitudes registradas, sólo se han devuelto 13 mil 440 pesos, una cifra irrisoria frente al monto total acumulado.
El caso del “cambio perdido” no es un problema menor. Representa un patrón de abuso hacia los usuarios, una incapacidad administrativa para resolver problemas básicos y una negativa sistemática a rendir cuentas. Los 52.8 MDP acumulados no son sólo cifras; son el reflejo de un modelo de transporte público que prioriza el ingreso por encima del servicio, y que responde con opacidad e inacción ante las demandas ciudadanas.