Hasta hace alrededor de 17 años, la carretera Altamira a Tampico era responsabilidad de la Policía Federal de Caminos, dependencia encargada de todo lo relacionado al tráfico, accidentes y multas; pero también de la corrupción vil y descarada imperante en ese camino.
Pero la época del Rey Midas, que todo lo que tocaba se convertía en oro, cambió de manos.
Los agentes de tránsito de Altamira heredaron la estafeta que pasó a sus garras, iniciándose así una época de terror, al grado que los centroamericanos y paisanos que por ahí circulaban se encargaron de correr la voz en todo el territorio mexicano y en otros países.
Ya se sabía que quien osara pasar por Altamira tendría que traer consigo el respectivo billete de mínimo 100 pesos, para que le fuera entregado al agente vial quien, bajo cualquier pretexto, desembolsaba su libreta de multas y su lápiz, aplicando algunos artículos del reglamento vigente, pero todo acababa en la clásica mordida.
Después el tumor se extendió a Tampico, aunque cabe aclarar que en los años de administración de Chucho Nader los casos de corrupción de tránsito local fueron muy esporádicos, y les costaron su trabajo a los agentes corruptos y a uno que otro delegado.
El colmo fue Ciudad Madero, en los dos periodos de la administración recientemente finalizada, en donde el grado de desfachatez fue tal que los retenes de tránsito se convirtieron en la pesadilla de locales y foráneos que se atrevían a circular por las avenidas de ese municipio, en donde las mordidas superaban los 5 mil pesos.
Todo lo anterior ha sido finiquitado, el propio alcalde, Erasmo González Robledo, así lo ha declarado; sin embargo, mucho se ha dicho en las últimas semanas, en torno a que volverán los operativos tanto en Tampico, Altamira y de nuevo en la urbe petrolera, situación que mantiene nerviosos a empresarios del comercio y del turismo que esperan nuevos y mejores clientes.
Esperamos todos que con la adquisición de nuevas patrullas y los nuevos operativos no sean un instrumento para que la deshonestidad en el renglón de tránsito local vuelva al sur de Tamaulipas.
Ya la fama fue sembrada y será mejor no regarla porque puede retoñar sin control en hiedra venenosa.