Así como existe el arte figurativo que --a diferencia del abstracto-- busca la representación de imágenes perfectamente identificables y reconocibles, podríamos decir que hay directores de escena figurativos, que buscan plasmar las obras de la manera más parecida a la realidad misma, y tenemos otros que agarran un texto y lo enriquecen con una interpretación corpórea propositiva y muy atractiva.
Los primeros, en muchos casos, se limitan a indicar a los actores por donde entrar y salir del escenario, a decirles donde pararse para que estén bien iluminados y ordenarles que hablen fuerte para que se les escuche hasta la última butaca del teatro. Y existen otros que son verdaderos artistas.
Entre estos últimos podemos contar a Cristian Magaloni, quien una vez más da muestras de su enorme creatividad, gran talento y capacidad de trabajo y compromiso, con un montaje extraordinario para un texto nada fácil en la obra Ilusiones.
Vamos por partes:
El texto es de Iván Viripaev, uno de los máximos exponentes del Nuevo drama ruso, cuyas obras están prohibidas en su país natal, por su oposición tajante al régimen de Putin, especialmente desde la invasión a Ucrania.
Ilusiones cuenta la vida de dos parejas a lo largo de muchos años de relación, con la singularidad de tener una estructura no cronológica. Además, más que acción, se trata de cuatro narradores que van exponiendo su punto de vista y su experiencia de los momentos compartidos, por cierto, llenos de sorpresas y de vueltas de tuerca de principio a fin.
Ilusiones --de acuerdo al programa de mano-- es una conversación sobre el amor. Por un lado, el amor como fuerza superior y única que puede verdaderamente dar sentido a nuestra vida; por otro, el amor como ilusión. ¿Qué hacer cuando todo lo que parece estable y firme en realidad es efímero y endeble? Ilusiones es una comedia existencialista que fábula sobre el carácter ilusorio de la vida, el amor y de cualquier tipo de permanencia en nuestro mundo.
A este texto tan particular hay que sumar el trabajo enorme de Magaloni, quien una vez más muestra el pozo infinito de creatividad que posee. El montaje es una combinación de lenguajes que no revelaré para no arruinar la sorpresa del futuro espectador, pero sí tengo que decir que la puesta en escena merece --en una escala de 10-- ¡un veinte o un treinta!
Para crear la magia que se ve en escena, Cristian se apoya en el talento y trabajo de Fernanda García, diseñadora de escenografía, iluminación y vestuario; y por supuesto en el elenco.
Bravo para dos estupendas actrices jóvenes: Paola Arrioja y Adriana Montes de Oca, quienes llenan en grande cada instante en el escenario.
Junto a ellas están Carlos Patrick Casanova y Xavier García. Leo Saqui es el autor de la música original, que él mismo ejecuta en vivo.
Ilusiones se presenta hasta este domingo 25 en el Teatro Milán.
En ese mismo espacio escénico los martes hasta el 17 de septiembre se presenta Hombre, que es otra muestra de un muy buen trabajo de dirección, en este caso de Paula Zelaya Cervantes.
Escrita y actuada por Luis Arrieta, esta historia cuenta la vida --como es obvio suponer por el título-- de un hombre desde que es niño hasta verlo convertido en un adulto a plenitud.
Un texto que bien podría ser un espectáculo de stand up se transforma en una atractiva y muy ágil puesta en escena,
Sin ningún cambio de vestuario, Luis va mostrando las distintas edades y momentos del personaje, sin más apoyo que su actuación, y el entorno (escenografía, iluminación y vestuario de María Vergara) sucede una puesta en escena divertida, emotiva y llena de creatividad.
Buen trabajo de Luis tanto como dramaturgo como actor; y evidentemente como promotor del montaje.
He aquí dos ejemplos de talentosos directores de escena, que se rodean de equipos creativos de primera, y elencos estupendos en bien del teatro y para disfrute del público.