La caravana migrante “Jesús” pasó por el norte de la capital de Puebla con destino hacia una de sus paradas, la Ciudad de México, como parte de un llamado a que se respeten los derechos de las personas sin importar el lugar en el que nacieron.
Con la ropa desgastada, los zapatos rotos, carriolas en las que llevan a sus hijos, sombreros y gorras regaladas, hambre, sed, calor y dolores en diferentes partes del cuerpo, los transmigrantes que provienen, en su mayoría de países centroamericanos, pasaron caminando por vialidades de la Angelópolis.
Ante el paso de los originarios de Honduras, El Salvador, Guatemala, Panamá y hasta de algunos países sudamericanos y africanos, algunas personas se molestaron porque el tránsito vehicular se ve interrumpido como en la autopista México-Puebla y porque sus planes se vieron afectados.
A pesar de las complicaciones viales que, por algunos momentos se presentaron, parte de la sociedad apoya la idea de que no haya fronteras y que cada persona pueda pasar de forma libre al lugar que desee sin importar su país de origen. De la misma manera, los integrantes de la sociedad civil que apoyan a los migrantes, esperan que termine el sufrimiento, el dolor y los abusos por parte de las autoridades y de las personas del crimen organizado.
En el fondo, toda la población sabe que quienes forman parte de la caravana, así como todos los migrantes, son seres humanos y su vida tiene valor, pese a las agresiones de las que son objeto.
Los migrantes saben que su paso puede generar complicaciones en algunas ciudades y hasta reconocen que está en riesgo su vida; sin embargo, en medio de su dolor y sufrimiento ya no hay mucho por perder.
Parte de los migrantes desconocen el paradero de sus seres queridos que se adelantaron hacia Estados Unidos y otros esperan reencontrarse con sus familias en algún punto del camino o en el destino final.
Al final, para muchos de los llamados "sin papeles", la caravana es el último llamado en busca de mejores condiciones de vida luego de que en sus países de origen viven en medio de la violencia, la inseguridad y la extorsión.