Minorías mínimas

Ciudad de México /
En Seattle, los taxistas pueden usar disfraces. SHUTTERSTOCK

La Declaración de Durban de 2001 afirma que “debe protegerse la identidad étnica, cultural, lingüística y religiosa de las minorías, cuando las haya”. David Groh, un taxista de Seattle, ganó en un juicio el derecho a vestirse como él quiera mientras trabaja, una cosa aparentemente normal si se descuenta que en la flotilla todos los choferes están obligados a vestir uniforme, y que a él lo que de verdad le gusta es vestirse de Elvis Presley.  Se trata de la identidad cultural de una minoría (de uno) y de su derecho a expresarse a partir de esta. 

Su triunfo judicial se refleja en un anexo a la ley que rige a los taxistas en Seattle, que textualmente dice que ellos tienen derecho a “vestirse como figuras públicas reconocidas y fácilmente identificables, sean reales o de ficción”, y más adelante se establece que los disfraces no deben interferir con la correcta ejecución de su oficio y por esto no se permiten ni máscaras ni disfraces muy voluminosos. 

David Groh se ganó ese derecho y ejerce, desde entonces, de Elvis Presley taxista en las calles de la ciudad. El caso da para infinidad de reflexiones, desde la patología de este hombre que pretende ser quien no es, hasta la alarmante ligereza del sistema legal que permite estas excentricidades. 

Pero dejemos a un lado esto y centrémonos en la aplicación práctica, en el día a día de Seattle donde en una esquina cualquiera puede tocarte el taxista que va disfrazado de Elvis Presley. ¿De qué habla uno con ese individuo? ¿De qué manera se le pide, sin pisotear sus derechos tan trabajosamente conquistados, que baje un poco el volumen de “Always on my mind”? Y al bajar del taxi ¿le paga uno el viaje o las regalías? 

Lo que es de verdad curioso, o sintomático, es que el juez abrió una posibilidad que han aprovechado decenas de taxistas que quieren manejar disfrazados de sus ídolos. ¿El juez resolvió una necesidad?, o será que las personas se apuntan a los derechos porque están a mano y pueden hacerlo. Y otra cosa: ¿a qué taxista le interesa ser quién es si, por ley, puede ser, por ejemplo, Bob Dylan? 


  • Jordi Soler
  • Es escritor y poeta mexicano (16 de diciembre de 1963), fue productor y locutor de radio a finales del siglo XX; Vive en la ciudad de Barcelona desde 2003. Es autor de libros como Los rojos de ultramar, Usos rudimentarios de la selva y Los hijos del volcán. Publica los lunes su columna Melancolía de la Resistencia.
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