El silencio de las mascotas

Ciudad de México /

En 1991 se estrenó la película The Silence of the Lambs (titulada en México El silencio de los inocentes), un thriller basado en la novela homónima del escritor estadunidense Thomas Harris, historia que es protagonizada por el psiquiatra caníbal Hannibal Lecter.

En la cinta, dirigida por Jonathan Demme, la joven agente del FBI Clarice Starling (Jodie Foster) investiga una serie de asesinatos donde las víctimas femeninas aparecen sin piel en algunas zonas de su cuerpo. El psicópata, al que solo se conoce por su apodo mediático, Búfalo Bill, es caracterizado por el actor Ted Levine.

En una de las escenas, Catherine Martin, una de las presas de Búfalo Bill, está encerrada en un pozo. En un intento por escapar, la joven atrae a un perro y lo jala al interior de la fosa. Al escuchar los aullidos de su mascota, Bill prácticamente ruega porque la mujer no le haga daño al pequeño animal.

Aunque El silencio de los inocentes es ficción, el comportamiento de Búfalo Bill ante el inminente sufrimiento de su mascota es propio de varios predadores seriales, que sienten más amor por sus animales de compañía que por los seres humanos.

El británico Dennis Nilsen, por ejemplo, quien acabó con la vida de 15 varones jóvenes entre 1978 y 1983, adoraba a su perra Bleep, a la que cuidaba desde que era cachorra.

Sin embargo, tres días después de que Nilsen fue condenado a cadena perpetua, Bleep recibió la eutanasia, al no haber alguna persona que adoptara a la mascota de un asesino serial.

En los años 60, Myra Hindley asesinó a varios niños (no hay certeza de cuántos fueron) junto con su esposo Ian Brady. El par de sádicos coleccionaba fotografías de sus brutales sacrificios. A los adolescentes que mataron los enterraron en él páramo de Saddleworth, Reino Unido.

En algunas imágenes aparece la señorita Hindley en lugares donde se cree fueron enterrados los adolescentes. La asesina luce radiante cargando a su perra Puppet.

Los investigadores consideraron que podían determinar las fechas de los asesinatos si contaban con la edad de la mascota. Decidieron hacerle una radiografía. El animal no soportó la anestesia y murió.


  • José Luis Durán King
  • operamundi@gmail.com
  • Periodista; estudió en Historia en la UNAM y desde hace más de 20 años escribe la columna de periodismo negro “Vidas Ejemplares” en MILENIO los jueves cada 15 días. Autor de los libros Gentiles caballeros del terror, Vidas ejemplares. Asesinos en serie y De la región al mundo.
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