El 13 de febrero de 1983, junto a la Ruta 250 cerca de Littleton, en el condado de Wetzel, Virginia Occidental, la policía recogió el cuerpo desnudo de una mujer pelirroja, quien, de acuerdo con los resultados de la autopsia, murió en manos de un sujeto masculino.
Fue el primero de entre seis y once homicidios, todas ellas de cabello rojo, lo que le valió al caso ser llamado Los asesinatos de pelirrojas.
A partir de la víctima del 13 de febrero de 1983, las autoridades hallaron varios cadáveres tirados en carreteras de Tennessee, Arkansas, Kentucky, Mississippi, Pensilvania y Virginia Occidental.
De acuerdo con la información proporcionada por los departamentos de policía asignados a la investigación, las mujeres fueron estranguladas y atacadas de forma atroz; no se pudo identificar quiénes eran.
La mayoría de las víctimas fueron autoestopistas o trabajadoras sexuales. El hecho de que las autopistas fueran un tiradero de cuerpos fue suficiente para que los agentes especularan que el asesino era un camionero.
Hasta el momento, la identidad de las víctimas, así como la del infractor, son un misterio.
Lo que ya no es un misterio es que muchos de los asesinos seriales estadunidenses son trabajadores del volante, sobre todo de tractocamiones.
Para Frank Figliuzzi, antiguo subdirector del FBI y autor del libro Long Haul: Hunting the Highway Serial Killers, 850 asesinatos que ocurrieron en autopistas de la Unión Americana están vinculados con camioneros.
Los ataques por lo general son contra mujeres “explotadas y traficadas sexualmente. En el origen del verdugo y la víctima: soledad, consumo de drogas y problemas de salud mental”.
En EU, al menos dos asesinos seriales han impuesto en las carreteras interestatales un régimen de terror.
El pederasta William Bonin, conocido como The Freeway Killer, violó en diferentes momentos a una veintena de adolescentes. Manejaba una camioneta y, con ayuda de cómplices, sodomizaba a los menores mientras el vehículo rodaba.
Sean Patrick Goble, quien se llamaba a sí mismo The Wild One, era un camionero que recorrió los límites de Carolina del Norte. Recogía trabajadoras sexuales, a las que estrangulaba antes de arrojar sus cadáveres a lo largo de los caminos que transitaba.