Un paseo por los niños desaparecidos

Ciudad de México /

En 1995, siete ciclistas emprendieron un paseo en bicicleta desde Utica (Nueva York) hasta Washington D.C., con el propósito de crear conciencia en torno al fenómeno de los niños desaparecidos en general.

Dos años más tarde, 43 ciclistas replicaron el evento y, desde entonces, los paseos simbólicos en bicicleta se han convertido en actos anuales en locaciones dentro y en los derredores de Nueva York. El objetivo es el mismo que los motiva desde su origen: abatir la indiferencia que en muchos casos el público demuestra por los niños desaparecidos.

El paseo en bicicleta de 1995 fue impulsado por el señor Robert Wood, padre de Sara Wood, una adolescente de 12 años que desapareció el 18 de agosto de 1993 a menos de 500 metros de su casa cuando regresaba de la iglesia Norwich Corners, en Sauquoit, Nueva York.

Horas más tarde, la bicicleta de la adolescente fue hallada apoyada contra un árbol. Los crayones y su libro para colorear también fueron encontrados, pero no así el cuerpo de Sara. Hasta la fecha, el paradero de los restos de Sara nadie lo sabe.

En 1996, un hombre intentó secuestrar a punta de pistola a Rebecca Savarese, de 12 años. La adolescente sufrió un ataque severo de asma, lo que evitó que el individuo la arrastrara hasta su vehículo.

Un joven atestiguó la escena y decidió seguir la camioneta del presunto secuestrador. Anotó la matricula y compartió la información a la policía.

Las autoridades acudieron a revisar el domicilio y el vehículo de Lewis Stephen Lent Jr., un conserje de 43 años, encontrando cinta adhesiva, un cuchillo, una pistola, un par de gafas de sol de niño, caramelos y un revólver cargado.

El inmueble de Lent guardaba otras sorpresas, entre otras, una cámara privada en proceso de construcción, lo que impulsó a los agentes a presionar al delincuente.

Lent pronto confesó ser el asesino de Sara Wood. Asimismo, señaló que la habitación que construía debajo de su casa sería para “eyacular”, antes de acabar con la vida de sus víctimas, hombres y mujeres.

Indicó que su presa ideal debía tener entre 12 y 17 años, con cabello largo, que apenas estuviera desarrollándose físicamente.

Además de Sara Wood, hay al menos dos víctimas más: Jimmy Bernardo (12 años) y Jamie Lusher (16 años), aunque, como es usual, la policía considera que la cifra es mayor.


  • José Luis Durán King
  • operamundi@gmail.com
  • Periodista; estudió en Historia en la UNAM y desde hace más de 20 años escribe la columna de periodismo negro “Vidas Ejemplares” en MILENIO los jueves cada 15 días. Autor de los libros Gentiles caballeros del terror, Vidas ejemplares. Asesinos en serie y De la región al mundo.
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