Una directora general para CFE y los tecnológicos de México

Ciudad de México /

Por primera vez, la empresa del Estado será dirigida por una mujer, y egresada del Instituto Tecnológico de Celaya; pero estos institutos son el tejido esencial del Sistema Eléctrico Nacional

Tendremos, por primera vez, una mujer en la Dirección General de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Emilia Esther Calleja Alor. Esa es por sí misma una buena noticia. Se trata, además, de alguien que conoce bien la CFE y ha hecho su carrera ahí. Un liderazgo orgánico. Otra gran noticia.

Pero hay otra dimensión interesante y que seguramente se discutirá menos en los medios: por primera vez, la CFE estará bajo la dirección de una egresada de uno de los institutos tecnológicos del país, el Tecnológico de Celaya.  Bajo el nombre de Tecnológico Nacional de México, los institutos forman un sistema educativo sectorizado en la Secretaría de Educación Pública, con más de 120 institutos federalizados, con todo tipo de áreas de especialización, desde electrónica hasta ganadería. 

Y es que, a pesar de su poca visibilidad, los institutos tecnológicos son tejido esencial del sistema eléctrico nacional. Hace más de una década, mientras buscaba los mejores centros de investigación trabajando sobre redes eléctricas en México (más allá del Instituto de Investigaciones Eléctricas y Energías Limpias Ineel), aprendí sobre la importancia de los institutos tecnológicos cuyo papel es poco reconocido en el espacio público.

Una media docena de instituciones aparecían una y otra vez en las respuestas que recibía sobre la trayectoria académicos de los expertos a quienes consulte: el Tecnológico de Morelia, el Tecnológico de la Laguna, la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, además de las mejor conocidas Escuela Superior de Ingeniería Mecánica (Esime) del IPN y la Facultad de Ingeniería de la UNAM. Instituciones donde se hace docencia y un modesto nivel de investigación.

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Las historias personales son muy reveladoras. En el Centro Nacional de Energía (Cenace), por ejemplo, un experto podría tener una licenciatura en el Tecnológico de la Laguna y una maestría en el Tecnológico de Morelia, o una licenciatura en la Nicolaíta seguida de un posgrado en la Esime del IPN. Realmente se trata de una red de puntos de formación especializada que merecen más atención por parte de las agencias estatales que conducen el cambio tecnológico, como la Secretaría de Energía (Sener).

Estos institutos son también una palanca de desarrollo regional. Una consulta en Data México, la plataforma digital sobre inteligencia económica de la Secretaría de Economía, permite confirmar que estos institutos son realmente regionales, que sirven a estudiantes del estado donde se encuentran y los estados vecinos. Pero ese carácter regional también lo vemos en muchas de sus especialidades, aunque áreas como ingeniería eléctrica o electrónica tienen cabida en todas las regiones.

Pero esta descentralización geográfica de los centros de enseñanza especializada no es única a la ingeniería eléctrica en México. Quizás los lectores no habrán escuchado sobre la Universidad de Strathclyde en Escocia, Reino Unido, la Universidad de Waterloo en Canadá, o la Escuela de Minas de Colorado en Estados Unidos. Pero se tratan de algunos de los lugares más importantes de investigación y formación en materia de sistemas eléctricos en estos países, fuera de las capitales académicas y políticas de los respectivos países.

Vale la pena mencionar que la fortuna de las disciplinas relacionadas con electricidad ha dado un giro de 180 grados. Hace veinte años, la Universidad de Oxford –dónde soy investigador– estuvo a punto de desaparecer el área de sistemas eléctricos de potencia porque parecía poco fértil para realizar investigación de frontera. Qué error se hubiese cometido. Ahora es un área en crecimiento, donde trabajan con problemas como la integración entre la red eléctrica y grandes flotillas de autobuses eléctricos.

La designación de Emilia Esther Calleja es una invitación para mirar de cerca al ecosistema en que se forman los profesionales que guiarán el cambio tecnológico en México, así como reconocer las oportunidades de acelerar la transformación desde sus bases. En contraste con la confianza que en otros tiempos se puso en los equipos formados enteramente por economistas, los egresados de estas instituciones tienen el potencial de aportar una formación técnica forjada en el conocimiento del sector y las necesidades regionales del país. 


Doctor en Políticas Públicas e Investigador Senior, Instituto de Ciencia, Innovación y Sociedad, Oxford



  • José María Valenzuela
  • Doctor en Políticas Públicas e Investigador Senior, Instituto de Ciencia, Innovación y Sociedad, Oxford
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