Breve teoría del cuento

Ciudad de México /

El cuento moderno plantea siempre un conflicto pero no necesariamente lo resuelve, lo deja abierto a sus lectores. Eso no quiere decir que el autor no haya dejado para el caso los referentes necesarios. Hablemos de dos tipos de referentes: el real, que pocas veces interesa porque revelan datos extra literarios o biográficos; y el referente cultural, que es el guiño que se da entre quien lee y quien escribe.

Hablemos de datos de todo tipo, la cultura lo es todo: música, historia, filosofía y tantas cosas más, hasta oficios si se quiere. A lo largo del tiempo, grandes cuentistas lo han explicado. Básico esto que escribo aquí al inicio de cualquier taller de narrativa que se imparta; elemental en cualquier curso de preparatoria.

Los finales abiertos entonces no lo son tanto, búsquese en la intriga y en el conflicto el referente. Cierto, puede darse en caso de interpretaciones disímiles pero no contradictorias.

Consejo final: si no se entiende vuélvase a leer, si no se entiende a la segunda, desista, no era para usted.

Es por lo mismo que se plantea la idea de poner lo más claro que se pueda las ideas, sólo que eso es contraproducente ya que los textos se vuelven lineales, las palabras se caen de la boca a la punta de los zapatos, decía el ecuatoriano Pablo Palacio.

Opiniones encontradas y un punto de acuerdo: el argumento de un cuento, pese a su brevedad (el conflicto se resuelve o se queda abierto en no más de quince cuartillas) no debe convertirse en un alambre que vaya de punta a punta tendido en la más próxima azotea.

El Chéjov americano nunca cierra sus relatos, los deja abiertos a la interpretación -insisto- no contradictoria de los lectores. Y estamos hablando de uno de los más importantes cuentistas, uno de los más leídos a nivel mundial.

Tratamiento temático, malicia narrativa, dictan los maestros.

Así entonces, se recorren los caminos y la bifurcación de las historias reaparecen: violencia, terror, horror, perversiones, las obsesiones malsanas y agreguemos a la lista lo light. Eso sí: todo en la imaginación, nada sin ella.

La imaginación es peligrosa, por eso se ha dado la destrucción de bibliotecas enteras. Saber contar es un oficio como cualquier otro y hay múltiples variantes. Es ahí donde radica precisamente el valor del género. Éxito o fracaso, olvido, todo aparece en el contenido.


Juan Gerardo Sampedro

@
Coleoptero55


  • Juan Gerardo Sampedro
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