Como se anticipó, Banco de México bajó la tasa de referencia 0.25 por ciento. La inflación ha seguido una trayectoria satisfactoria y hay margen para bajar y hacerlo una vez más. En lo personal, creo que la tasa —que hoy está en 10.50 por ciento— cerrará el año en 10 por ciento.
Debo reconocer que la nueva Junta de Gobierno del banco central ha hecho una buena labor. Espero que haya continuidad en la administración del gobierno entrante. Y es que hablando de continuidad, quiero ir a lo que me corresponde, la continuidad en la disciplina fiscal y la responsable administración pública federal.
México, desde el presidente Ernesto Zedillo —para mí el mejor mandatario que ha tenido este país—, ha visto transiciones presidenciales ordenadas porque justo fue él quien rompió con la irresponsabilidad de dejar al país en ruinas cada seis años. Lo que espero de este gobierno que estrenamos es justo eso: continuidad y responsabilidad. Podría también hablar de la asignación del gasto —que hubiera un mayor equilibrio, social e infraestructura—, pero bueno, eso da para un libro y es muy debatible por las necesidades de nuestro México.
Se espera un equipo competente y que logre mantener la calificación crediticia del país y la imagen positiva local y global. De no ser así —ya lo he comentado antes—, el contrapeso de decisiones en sentido diverso será el mercado. Ejemplo: si el gobierno hace algo que no le guste al mercado y baja la calificación al país; al hacerlo, el tipo de cambio sube, las tasas suben, la bolsa cae y deja de fluir inversión y —si sigue así— México pierde el grado de inversión, con consecuencias trágicas. Por eso, aunque exista mayoría de un solo partido político en las cámaras, hay que tener la tranquilidad de la continuidad y de la estabilidad financiera.
Ahora, el desafío inmediato es el próximo año, cuando la tasa de crecimiento bajará y, por ende, la recaudación. Habrá que ver cómo se reacomoda el presupuesto sin generar un desbalance. Otro reto es negociar el acuerdo T-MEC (tratado de libre comercio) con la nueva administración en Estados Unidos. También espero continuidad y competencia en los negociadores.
En conclusión, debemos mantener la calma y pensar que en los temas más importantes las cosas se mantendrán razonablemente igual. De no ser así, el mercado nos lo hará saber.