Por desgracia hoy domina la tensión por los temas geopolíticos. Lo más lamentable es la pérdida de vidas y la posibilidad latente de que las cosas empeoren.
Los mercados están atentos a estos conflictos, pues han visto afectaciones; sobre todo en los precios del petróleo. Por ejemplo, el barril del West Texas Intermediate (WTI) ya ronda los 77 dólares. El efecto negativo radica en que el incremento de este importante insumo derive, a su vez, en aumentos en gasolina y todos los productos derivados y que, de seguir así, se complique la situación en materia de inflación.
Y es que justo la evolución de la inflación en gran parte del mundo ha sido favorable. Los bancos centrales han tomado cartas en el asunto y, hasta el momento, la política monetaria, después de muchos años —ya casi cinco— ha funcionado de manera correcta.
También la evolución de las economías ha sido buena cuando las tasas de interés son altas y el financiamiento es muy caro. Después de ver la evolución y los indicadores económicos (consumo, empleo, crecimiento y, desde luego, inflación), el escenario es que la desaceleración será progresiva y lenta, y ese es el mejor escenario posible.
Si lo geopolítico se complica y los precios del petróleo aumentan mucho más, una recesión global será posible. La aversión al riesgo, la incertidumbre y el miedo pueden cambiar las cosas de forma drástica.
Esta semana está llena de noticias y referentes económicos que pueden seguir marcando la evolución a la que me refiero. Habrá cifras de inflación en México y Estados Unidos al cierre de septiembre. También empieza la temporada de reportes corporativos del tercer trimestre del año. Todo indica que volverá a ser positiva.
A escala local, los inversionistas están atentos a las acciones del nuevo gobierno y cómo éstas pueden permear en la economía nacional y en la percepción de México en el extranjero.
El 5 de noviembre se llevarán a cabo las elecciones presidenciales en Estados Unidos y, a menos de un mes, el resultado puede ir para cualquier lado.
Permanecer invertido en dólares que se compraron baratos y acciones de buenas empresas estadunidenses es lo indicado.