La semana pasada vimos la publicación de la inflación al consumidor y al productor en Estados Unidos. En ambos casos los datos vinieron en línea y fueron lo suficientemente buenos como para propiciar que la Reserva Federal lleve a cabo mañana el primer movimiento a la baja de su tasa de interés.
La mayor posibilidad es que sea de 0.25 por ciento. No se descarta que pudiera ser de 0.50 por ciento, pero creo que conviene más la primera opción, ya que esto hablaría de un proceso gradual y más ordenado, además de que sugeriría que se está actuando a tiempo y que la economía está lo suficientemente sana como para iniciar este proceso.
Una baja de 0.50 por ciento puede malinterpretarse o tener connotaciones negativas (“ya vamos tarde y debemos bajar más la tasa porque viene una fuerte desaceleración económica o, incluso, una recesión. Mejor, bajemos más la tasa para amortiguar esta contracción económica”). Por ello, ojalá la baja sea de 0.25 por ciento, se confirme que la ruta de la inflación es favorable y que la desaceleración económica permita un aterrizaje suave.
También en Europa vimos que esta evolución inflacionaria es positiva. Lo anterior dio espacio para bajar por segunda ocasión la tasa de interés 0.25 por ciento. Con ello, ya lleva un acumulado de 0.50 por ciento
El debate presidencial en Estados Unidos, según las encuestas, lo ganó la vicepresidenta Kamala Harris. Sin saber qué tan determinante será en las elecciones, aparentemente le da ventaja sobre Donald Trump. El debate no tuvo impacto en los mercados. Resulta interesante que el republicano se niegue a debatir otra vez.
En lo local dominó la aprobación de la reforma judicial, que metió en aprietos a nuestra moneda, pero que extrañamente ya lo había descontado. Es decir, el tipo de cambio llegó a 20 pesos por dólar y los días posteriores vimos una apreciación hasta 19.20. Esto no quiere decir que al estar ya en vigor dicha reforma no ocasionará más volatilidad. De hecho ya algunas calificadoras han expresado su preocupación y señalado la posibilidad de que la calificación crediticia mexicana pueda bajar.
Después del feriado de ayer, sin duda durante esta semana corta se verá la decisión de la Reserva Federal y el comunicado posterior de Jerome Powell como las referencias más importantes.