Ante el enfrentamiento verbal del próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, sobre la imposición de impuestos a las exportaciones mexicanas, ella optó por la prudencia y no dar una respuesta a estos señalamientos. Relativo a la expresión de que los Estados Unidos “subsidian” a México, pues no sabemos dónde está el subsidio, así que más bien es México quien subsidia indirectamente a los Estados Unidos con la sobreexplotación de la fuerza de trabajo informal de los migrantes, que ya es estructural a la economía norteamericana.
También la presidenta de México dejó entrever que si Estados Unidos nos cierra la puerta con barreras arancelarias, pues abriremos una ventana con vista al oriente, hacia China, precisamente un país que está tomando ya medidas consecuentes en contra de las posibles agresiones comerciales norteamericanas. Ellos piensan flexibilizar su economía para estimular el consumo, mejorar la eficiencia de las inversiones, facilitar el acceso al crédito, invertir en infraestructura productiva y la flexibilización monetaria que representa un cambio estratégico para abordar los retos económicos actuales. Tal vez México pudiera tomar algo de estas políticas e implementarlas en el país.
Respecto a lo que dijo la presidenta de México acerca de que los Estados Unidos saldrían perdiendo si aumentan los impuestos a los productos mexicanos, la economista norteamericana Janet Yellen, Secretaria del Tesoro de los Estados Unidos, una mujer inteligentísima, coincidió con Claudia Sheinbaum al advertir que los planes arancelarios del presidente electo Donald Trump tendrían un impacto adverso en la competitividad de su economía y podría aumentar significativamente los costos para los hogares, pues esto elevaría los precios para los consumidores norteamericanos, y crearía presiones de costos.
Dijo además que le preocupan los planes del presidente electo Donald Trump de imponer aranceles a los importaciones, que estaba preocupada por la sostenibilidad fiscal de Estados Unidos y que deberían tomarse las medidas necesarias para evitar una explosión de la deuda norteamericana.
Lo que dijo Janet Yellen en breves, someras y coloquiales palabras, es que Donald Trump debería preocuparse por la economía norteamericana y su enorme deuda y dejarse de bravuconadas