Ni a nombre de calle llegarán.
Si vives en Guadalajara, te vas por López Mateos (presidente de 1958-1964) o nos vemos en Ávila Camacho (1940-1946) o hay mucho tránsito por Lázaro Cárdenas (1934-1940).
En otro sentido, comemos tacos en Gobernador Curiel (gobernador de Jalisco en 25 ocasiones entre 1887 y 1903) o cruzamos González Gallo (1947-1949 y 1949-1953).
Así podríamos seguir con ejemplos de avenidas especiales dedicadas a mandatarios federales y estatales.
Sin embargo, los más recientes están completamente olvidados de nuestras nomenclaturas cotidianas.
Podremos entrar a la polémica de quiénes de los más recientes presidentes o gobernadores merecen una mención de este tipo o algo más para recordarlos en el futuro, aunque ya no sepamos qué méritos tuvieron.
No veo que algún día hagamos una reunión en Alfaro esquina Ramírez Acuña o circular por Peña Nieto y dar vuelta en Calderón hasta llegar a López Obrador.
Ni sé ni es el caso rastrear qué procede para tener esas distinciones, ya que en listado de 125 gobernadores que lleva Jalisco debe haber muchos nefastos. Simplemente, es notar que nuestros recientes gobernantes no tendrán la posteridad de sus nombres en nuestros mapas.
Con días de diferencia, AMLO y Alfaro comenzaron sus periodos en diciembre de 2018 y terminaron sus gestiones este 2024.
Las dos grandes promesas de sus inicios no cuajaron como se esperaba: ni hubo transformación ni apareció la refundación. Se van sin alcanzar a ser lo que muchos suponían, aunque ambos cumplieron con relevos de sus mismos partidos y, coincidentemente, finalizan con la retórica del retiro político y con el sueño guajiro de darle tiempo a sus pasiones beisboleras o futboleras.
En Jalisco acaban 2 mil 191 días de esta gubernatura y será la memoria la que recupere los indicios de algún calificativo a la gestión o un ni fu ni fa.
Sin llenar cifras, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el total de delitos contra la vida y la integridad corporal fue de mil 253 en septiembre 2019 y de mil 310 en septiembre de 2024: es decir, en cifras oficiales, un aumento en los últimos cinco años en Jalisco. Pero todavía más, este par de gobiernos será recordado como el de los desaparecidos y esa sentencia no será borrada.