Manolo Jiménez, gobernador de Coahuila, sabe que con el triunfo de Donald Trump, quien será el próximo presidente de Estados Unidos, cambiarán las reglas del juego en lo que a aranceles se refiere, por lo que con sus primeras declaraciones habrá de poner en jaque a muchas empresas que se encuentran en territorio coahuilense.
El mandatario estatal, sabía de antemano lo que podría pasar si ganaba la elección en el país vecino el empresario norteamericano, por lo confía en que sean solamente palabras para asustar con el petate del muerto, pero que al final, deje trabajar y en lugar de poner trabas, mejore las relaciones no solamente con los gobiernos estatales que están en la frontera, también con el mismo gobierno federal bajo el mando de Claudia Sheinbaum.
Se dice que el empresario Elon Musk en todo momento le apostó a Donald Trump y ahora que ganó, puede existir la posibilidad de que el magnate coloque su megafábrica en el estado de Nuevo León, lo cual sería un impulso al crecimiento de la vecina entidad, pero además, Coahuila se vería muy fortalecido.
Manolo Jiménez tendrá que trabajar con pinzas con el gobierno norteamericano entrante, ya que no puede darse el lujo de pelearse y al contrario, deberá cuidar todas inversiones que han llegado, a todos aquellos empresarios que exportan a los Estados Unidos y que han logrado mantener a Coahuila en un constante crecimiento, además de generar divisas, también han mantenido una gran planta de trabajo.
No cabe duda que Jiménez Salinas tendrá que usar su mano izquierda, saber sacarle provecho y confiar no solamente en el próximo presidente que tomará el cargo por segunda ocasión, también esperar que Donald Trump de las facilidades a las empresas coahuilenses para que sigan con sus exportaciones.
Pero lo más importante, es que el próximo presidente de los Estados Unidos, le dé carta abierta a Elon Musk y se concrete la magafábrica en Nuevo León, en donde sería para todos un ganar ganar.
Vale la pena reconocer que Donald Trump superó y por mucho los 270 votos electorales y a su contrincante Kamala Harris, no le quedó más remedio que aceptar su derrota.
Walter.juarez@milenio.com