Al lanzarse de forma estridente y prepotente en contra del Poder Judicial, Ricardo Monreal dejó en claro su falta de palabra. Tuvo que doblegar su orgullo antes que ser exhibido como un ente lleno de privilegios gracias a su quehacer político.
Así el hoy también líder de Morena qué pasó del Senado a la Cámara de Diputados en las mismas circunstancias asignadas por el Jefe del Ejecutivo federal, rompió los acuerdos no escritos que en política se respetaban y debían cumplirse a carta cabal.
El ex gobernador de Zacatecas se engañó a sí mismo cuando dos años antes, en el Senado de la República, defendió con tal vehemencia a la Suprema Corte de Justicia de la Nación que los mexicanos se lo creímos.
Empero, a quien no le pareció esa férrea actitud y por supuesto que lo censuró fue el presidente, quien lo removió de la Jucopo senatorial y de la aspiración a la presidencia de México.
Y como no hay plazo que no se cumpla, éste llegó la semana pasada al máximo recinto parlamentario del país y, para quedar bien con el tabasqueño -aun sin importarle que su credibilidad pública haya quedado hecha añicos- Monreal cumplió con la encomienda.
A gritos y manoteos, con aparente rencor en contra de los ministros de la Corte, el legislador se creyó su actuación como protagonista de una serie televisiva y en la que debía de convencer a las multitudes de que el Poder Judicial “es una vergüenza y una podredumbre para los mexicanos”.
Así de falaz, Monreal Ávila nos dejó sin aliento. Como nunca antes lo había visto en su largo peregrinar de diputado o senador. Catedrático. Líder nato. Hoy lo desconocí. Decepcionante. Toda esa parafernalia la protagonizó para quedar bien con el rey de palacio nacional.
El daño a los mexicanos está casi hecho. Solo falta el domingo cuando los legisladores guindas en el Senado tengan la mayoría calificada para consumar el desmantelamiento del Poder Judicial para concretar el acariciado sueño de López Obrador: dinamitar el Congreso de la Unión con la extinción de la Corte.
Por supuesto Monreal dejó todo, hasta la dignidad, para conseguirlo. Qué pena.
Notas de Trascendencia
En las acusaciones de López Obrador en contra de los “salarios de privilegio” que reciben los ministros de la Corte, a Ricardo Monreal se le olvidó mencionar que en esa lista son tres los togados que gozan de la designación presidencial: Loretta Ortíz, Yasmín Esquivel Venegas y desde hace unos meses, Lenia Batres.
Ah. En los salarios de los referidos, que rebasan los 300 mil pesos mensuales, está incluido también Arturo Zaldívar. Otro incondicional del tabasqueño
En tema aparte, vale la pena observar que el año pasado México tuvo la inversión extranjera directa (IED) más baja en la última década, como proporción del producto interno (PIB).
En cuanto a la inversión extranjera directa que no ha crecido en 2023, representó menos de 0.3 por ciento del PIB y ha sido históricamente la más baja.
La nueva inversión extranjera directa ha frenado su llegada al mercado mexicano, algo que no ha sucedido con las reinversiones de las compañías foráneas.
Los especialistas en inversiones consideran que a México le ha faltado capturar a aquellas compañías que no estén localizadas y en especial en la industria de microcomponentes.