Con gran regocijo celebró la capital de la República los primeros ensayos de varias aplicaciones de la electricidad. En 1849, el diputado Juan de la Granja obtuvo el permiso para el establecimiento del sistema para transmitir las palabras por medio de la telegrafía eléctrica.
Pero hasta 1850 don José Farinoli y don Miguel Dionisio se empeñaron en importarlos y enseñarlos antes de entregarlos a don Pedro Terreros, el que hizo la adquisición de dichos aparatos, así como de otros menos conocidos aún: el de la luz eléctrica.
El diputado de la Granja comenzó los ensayos. El de la luz eléctrica se hizo la noche del 2 de noviembre en la Plaza de Armas.
Entre las aclamaciones de la asombrada multitud, brilló por segunda vez el 17 del mismo mes en la repartición de los premios del Colegio de Minería, dirigiendo el aparato de la luz don Pedro Terreros, orgulloso de ser el primero en hacerla brillar en nuestro país.
El 28 de octubre se habían iniciado los ensayos del “Aparato de transmisión de palabras” en la botica de la calle de la Monterilla. Con infantil curiosidad, la gente formaba grupos en derredor de los operarios.
Al principio, fallaron en los primeros ensayos, pero el 13 de noviembre se publicó la “Proclama de progreso”: “Telégrafo
Eléctrico Magnético”.
Los abajo firmantes tenemos el honor de anunciar la comunicación de la electricidad entre el Palacio Nacional y el Colegio de Minería. Las dificultades quedan superadas. Ahora, solo resta que nuestros protectores y todos los amantes de las ciencias y de las artes, cuyos anhelos deben ser el ver establecidos en el país semejantes adelantos, se satisfagan por sus propios ojos de lo maravilloso de esta invención.
Con este fin, desde hoy miércoles a las cuatro de la tarde, tendremos en acción por unos días las máquinas telegráficas, las cuales se comunicarán entre el Palacio y la Minería, donde el público gozará de tan sorprendente espectáculo” (Cf. “México a Través de los Siglos”).
El periódico “El Siglo” comentaba: “¡Cuán otra sería nuestra suerte si no tuviéramos el orgullo de introducir en nuestra patria las maravillas que allende el mar están en uso!”
Cabe preguntarse: ¿Qué irán a publicar los periódicos dentro de 175 años acerca de nuestra época?