EU: historia de mentiras en migración

Ciudad de México /

En 42 días se sabrá quién ganó las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Entonces podremos tener una perspectiva relativamente clara de cuál será la política migratoria a partir del 20 de enero de 2025.

El matiz de “relativamente clara” obedece a que hasta ahora sobre migración hemos oído dichos electorales, lo que no necesariamente se materializa en el ejercicio de gobierno, a veces por circunstancias que lo impiden y a veces porque cambiaron de parecer o porque nunca quisieron, realmente, hacer lo que prometieron. Aquí algunos ejemplos:

Tanto George W. Bush, republicano, como Barack Obama, demócrata, ofrecieron en campaña realizar una reforma migratoria, y ninguno de los dos lo hizo. Hubo razones y circunstancias (ataque a las torres gemelas y secuelas de la crisis hipotecaria) pero lo cierto es que en cuatro periodos no cumplieron.

Otro ejemplo: Obama no habló de deportaciones en sus campañas, pero en ocho años sacó a dos millones 858 mil personas que no acreditaron estancia legal en Estados Unidos, 47 por ciento sin antecedentes penales. En contraste, Donald Trump prometió que deportaría a tres millones de personas y terminó deportando a 936 mil.

El muro fronterizo muestra también la diferencia entre lo que se propone y lo que se hace: el presidente demócrata Bill Clinton, que no prometió levantar muros en la frontera, dejó poco más de 100 kilómetros; Bush agregó casi 750 y Obama poco más de 200, con lo que se llegó a los mil 50 que había cuando Trump, en campaña, dijo que completaría el muro, para lo que requería construir dos mil cien kilómetros; luego dijo que solo la mitad, pues de lo demás “se encargaba la naturaleza”.

Al final solo construyó 727 kilómetros, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), pero según esta misma fuente la mayoría fueron sustituciones o reparaciones de tramos ya existentes, así es que en realidad sólo aumentó la extensión del muro en 129 kilómetros, es decir, que terminó construyendo 12 por ciento de lo prometido. Ah, y tampoco lo pagó México. 

Por todas las veces que en materia migratoria los presidentes de Estados Unidos han hecho prácticamente lo contrario de lo propuesto en campaña, es que hay que tomar con reserva lo que dicen la candidata y el candidato actuales.

Trump ofrece construir más muro, restringir los asilos y llevar a cabo el “programa de deportación más grande de la historia” para lograr “seguridad nacional” y “estabilización de la frontera”. De ser el caso, puede preverse que derivaría en un acentuado ambiente de prejuicios y racismo, así como en arrestos injustificados y violaciones a derechos humanos.

Kamala Harris, por su parte, ha dicho que reforzará la seguridad en la frontera; aumentará el número de agentes de la Patrulla Fronteriza; implementará tecnología avanzada para combatir el tráfico de drogas; promoverá esfuerzos diplomáticos para enfrentar las causas migratorias en Latinoamérica; y mejorará la gestión de las solicitudes de asilo.

Consideremos lo que han dicho, pues es lo único que nos permite tener una idea de lo que harían, pero hagámoslo con reservas, porque hasta ahora lo que han hecho o dejado de hacer los presidentes de Estados Unidos respecto de la migración, al menos la que ingresa por México, no se ha parecido, o solo en parte, con lo dicho en tiempos de cálculos electorales.


  • Mauricio Farah Gebara
  • Especialista en derechos humanos.
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