Este 2 de junio debemos votar.
Hoy me dirijo especialmente a las jóvenes y los jóvenes. Ustedes son los más llamados a votar, porque el presente y el futuro del país ya son suyos, y por lo tanto también lo son el deber y la oportunidad de decidir en qué país quieren vivir.
Voten por su presente, por su aquí y ahora; por sus oportunidades de educación y trabajo, por su salud y seguridad; voten por la opción que crean puede brindarles una mayor calidad de vida y un México en paz. Voten por el proyecto que más se identifique con su proyecto de vida.
Siempre se pueden encontrar razones para no votar. Es posible, y desde luego legítimo, que pienses que ninguna de las opciones te convence, pero no por eso debes renunciar a tu derecho ni a tu responsabilidad entregándole tu decisión a otros, lo que seguramente no permites en ningún campo de tu vida, ámbitos en los que solo tú decides. Hazlo también en el espacio de la política, que incide para bien y para mal en tu vida diaria y tu destino.
Si no encuentras quien te agrade, vota por quien menos te desagrade, pero vota. Porque los políticos deben aprender de esta elección que los jóvenes están atentos y vigilantes para ratificar su confianza o retirarla, para premiar o para castigar. La participación consciente moldea una mejor democracia.
Si crees que los políticos y los partidos te ignoran, más lo harán si no los llamas a cuentas, sino alzas tu voz y tu voto para decirles lo que quieres y lo que no quieres, lo que te parece bien y ratificas, y lo que te parece mal y repruebas.
El ejercicio del voto fortalece a la democracia, y el voto abundante la fortalece aún más. Participa para que los resultados electorales tengan mayor legitimidad y reflejen fielmente la pluralidad nacional.
La gran mayoría de los componentes de la vida pública se vinculan con las elecciones: lo que te molesta o te agrada, lo que te hace sentir respaldado o solo, lo que te ofrece oportunidades o te las niega, tiene su origen en las urnas y en el grado de participación ciudadana. Es decir, del sentido de tu voto depende la calidad del suministro de energía y agua, la seguridad, los servicios de salud y educación, y las oportunidades de empleo o emprendimiento, así como las expectativas de desarrollo y calidad de vida para ti y tu familia, entre otros muchos renglones de la vida en común.
Imagina por un momento vivir en un país sin posibilidad de votar, o con voto, pero sin democracia. Así vivíamos en México hace apenas 30 años. Vota. Decide.
Toca votar. Toca ser demócratas, toca mantener vigente la democracia, que tantas décadas y esfuerzo nos ha costado construir y que requiere de mayor avance para fortalecer derechos y libertades.
Todas las democracias, aun las más consolidadas, son vulnerables. Tienden a debilitarse, e incluso a desaparecer, cuando les faltan demócratas.
Por eso, este 2 de junio, sé demócrata y vota.