La Liga Comunista 23 de Septiembre

Ciudad de México /

Enrique Condés Lara, La fundación de la Liga Comunista 23 de Septiembre, Secretaría de Cultura, México, 2024, 613 pp.


Todavía a mediados de los 80 del siglo pasado, tan solo hablar de la Liga Comunista 23 de Septiembre en nuestro país era una suerte de desafío a la urbanidad política y social.

Un alto riesgo, además, de ser etiquetado como extremista y violento y hasta perseguido bajo la sospecha de pertenecer a la organización.

Aun cuando ésta, la Liga Comunista 23 de Septiembre, ¡que satisfacción, años después, poder nombrarla fuerte y subrayadamente y tener la posibilidad de incluir sus significados en la voz pública del día a día!, fue otra de las expresiones de la rebeldía y la juventud, ya inscrita en nuestra historia.

Una expresión “infausta”, sostiene con pertinencia y conocimiento Enrique Condés Lara (Ciudad de México, 1949) en su extenso libro La fundación de la Liga Comunista 23 de Septiembre, que mostró “la incapacidad de una élite gobernante para entender, encauzar, atender y responder racional e inteligentemente a las inquietudes y problemas de una juventud estudiosa e inquieta en búsqueda de sus propios derroteros”.

Además del resultado, añade el autor, “de la cerrazón y brutalidades de gobernantes hechos y moldeados en el espíritu de la inflexibilidad y de la prepotencia, alimentados y reforzados por un sistema de gobierno que les avalaba y elogiaba todo”.

¿Qué fue la Liga Comunista 23 de Septiembre? ¿Quiénes la conformaron? ¿Cuáles fueron sus actividades? ¿Cuál fue su tiempo de existencia? Estas y otras interrogantes pueden despejarse con la lectura de esta obra de Condés Lara, “el mejor libro que se ha escrito sobre el tema”, como apunta en su prólogo la historiadora Cristina Gómez Álvarez.

Que aunque pudiera confundir al lector a partir del título, “la fundación”, le esclarece en cambio la existencia de un fenómeno social como fue la guerrilla urbana, durante los años 1973 y 1981, y lo explica desde una perspectiva histórica nacional e internacional.

Enrique Condés Lara, La fundación de la Liga Comunista 23 de Septiembre, Secretaría de Cultura, México, 2024, 613 pp.

Esto es, siguiendo al autor, ni alabanza ni calumnia.

“Despojado del romanticismo y superficialidad que impregnan bastante lo que se ha publicado sobre el tema”, sostiene Condés Lara, La fundación… “no es un simple recuento de actividades, de enfrentamientos, de muertos, desaparecidos y encarcelados; lo que hace es ahondar en el estudio de los procesos y sustentos ideológicos, teóricos y políticos que desembocaron en la constitución de una organización pertrechada con un bagaje de ideas y políticas singulares, diferentes y contrapuestas a los postulados por las demás organizaciones de acción armada, despojando de cualquier halo épico los comportamientos, motivaciones, excesos y profundas convicciones de sus autores”.

Referida la polémica que hace un par de años se generó a partir de la inclusión del tema del movimiento armado socialista en los libros de texto de secundaria de la Secretaría de Educación Pública, La fundación… recorre cada una de las etapas que diferentes grupos de oposición al régimen vivieron hasta conformar (1971) la nueva organización.

Nueve años de actividad, calcula Condés Lara (diferentes historiadores del tema suman o restan tiempos), a partir de la desintegración del comité de redacción del periódico (clandestino) Madera, que además de divulgación tenía la tarea de articular a los integrantes de la organización. Hecho que coincide con el recrudecimiento de la persecución del régimen y la distorsión informativa.

Cuatro décadas después, este apartado de la historia de nuestro país sigue reclamando un cabal entendimiento, finaliza el autor de La fundación… (que mucho contribuye a ello).

Se necesita “emprender una labor extensa y sostenida de información hacia el conjunto más amplio de la sociedad sobre lo que en realidad sucedió: que desmonte la visión distorsionada y calumniosa que forjaron entonces los medios y el gobierno y que, sin renegar ideales y motivaciones, reconozca también desde el lado de los rebeldes equivocaciones y errores, porque ello es, ética y políticamente hablando, ineludible para demandar al Estado el reconocimiento de sus abusos, extralimitaciones y crímenes”.

“Hay que hablar, explicar, documentar y persuadir a muchísimas personas de distintos ámbitos. Sin pretender cambiar a quienes por prejuicios acendrados, delirios religiosos o intereses específicos desaprueban todo lo que les huela a comunismo; hay muchísimos mexicanos que tienen una idea falsa de lo ocurrido, o lo desconocen, y son susceptibles de dejar atrás sus recelos o apatías y asumir su postura más abierta frente a ese problema”.

  • Mauricio Flores
  • mauflos@gmail.com
  • Periodista, estudió Ciencia Política y Administración Pública en la UNAM
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