En la película de El Infierno (2010) don José Reyes el narcotraficante más poderoso de la región, tras asumir la presidencia municipal, encabeza los festejos por el bicentenario de la Independencia, y grita vivas a "La Corredora de Querétaro", doña Josefa Ortiz de Domínguez.
Esta cinta grabada en locaciones del estado de San Luis Potosí, relata la problemática del crimen organizado en México, y refleja la absurda guerra que emprendió el panista Felipe Calderón en contra del crimen organizado.
En la vida real, 14 años después, el diputado electo de Morena, Sergio Ojeda Castillo, el pasado 15 de septiembre, durante el Grito de Independencia en lugar de mencionar a la insurgente, lanzó arengas a favor del actor Jorge Ortiz de Pinedo.
Por supuesto eso desató la burla de miles de usuarios en redes sociales que realizaron memes de esta situación, y hasta el propio Ortiz de Pinedo, no dudó en bromear al respecto.
Como siempre sucede, otra vez la realidad superó a la ficción, y en estos momentos el estado de Sinaloa vive una nueva crisis de inseguridad, debido al enfrentamiento entre las bandas de los chapitos en contra de los mayitos, mientras el gobierno federal ha decidido no intervenir para evitar, según dicen, una guerra.
La estrategia de "abrazos, no balazos" evidentemente no ha funcionado, y por lo que han dicho, seguiremos otros seis años con la misma política de evitar la intervención de las fuerzas armadas para evitar daños colaterales.
En uno de los episodios más impactantes de la película, el Benny (Damián Alcázar) le pregunta al Cochiloco (Joaquín Cosío) si no le daba miedo condenar su alma por los crueles asesinatos que cometía, y éste le responde que la situación era más difícil en la vida diaria.
De nuevo la imaginación se ve rebasada por la compleja realidad que vivimos en el territorio nacional, pues además de Sinaloa, estados como Michoacán están siendo controlados por la delincuencia que afecta en la economía.
En Puebla el precio del kilo de limón y del aguacate van en aumento porque los productores deben entregar parte de sus ganancias a los criminales, para que los dejen sacar las cosechas de sus lugares de origen. Como dice el Cochi, el verdadero infierno es el que viven millones de mexicanos por la inseguridad.