En días pasados, el gobierno de Estados Unidos emitió una serie de recomendaciones de no viajar, reconsiderar, extremar precauciones y tomar precauciones habituales para los ciudadanos que planean viajar a nuestro país (milenio.com/12-09-24). El estado de Baja California es de los más afectados por la inseguridad, según el informe de la oficina de Asuntos Consulares.
En aquella región del territorio mexicano, según las autoridades norteamericanas, las organizaciones criminales compiten para establecer rutas de narcotráfico y tráfico de personas, por lo que los delitos violentos y la actividad de las pandillas son comunes.
Para Nuevo León, la sugerencia pide extremar precauciones, como si se tratara de una entidad desbordada por la violencia, y si bien los índices delictivos no son del todo buenos, tampoco es que tengamos los problemas como en otras entidades.
La recomendación de no viajar incluye a Colima, Guerrero, Michoacán, Sinaloa, Tamaulipas y Zacatecas. En donde de plano pide reconsiderar un posible viaje es a Baja California, Chiapas, Chihuahua, Guanajuato, Jalisco, Morelos y Sonora.
De acuerdo al gobierno estadunidense, las recomendaciones tienen la finalidad de brindar información que sea útil para los ciudadanos extranjeros, y en caso de tomar la decisión de venir a México sugiere respetar las restricciones específicas, como informar a familiares sobre las actividades con la ubicación GPS.
Las cifras actualizadas hasta julio del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública del Gobierno federal señalan que en el estado de Baja California hay tres reportes de secuestro, mientras en nuestro estado reportan dos incidentes de este tipo en marzo y abril.
Suponiendo sin conceder que en el cierre del año se mantuviera esa tendencia, en BC subiría a seis y en nuestra entidad otros dos para sumar cuatro, tampoco quiere decir que enfrentemos una emergencia de seguridad.
No quiero decir que estemos en la gloria, pero a menos que los gringos tengan “otros datos”, ese reporte solo provoca pánico entre los ciudadanos americanos, cuando en la realidad millones de visitantes de diferentes países vacacionan sin contratiempo en nuestras playas y pueblos mágicos.
Contra este tipo de informaciones que solo generan incertidumbre y temores, el Gobierno federal debería salir a defenderse, y no solo cuando critican la reforma judicial, que al final de cuentas ya es un palo dado.