¡Que viva… yo!

Jalisco /

Mientras que en Jalisco se intensifica la defensa del voto y es convocada incluso una marcha por asociaciones civiles con el mismo propósito, en Palacio Nacional todo parece felicidad en esta etapa de transición en la que el mandatario del país no desaprovecha un solo día ni hora siquiera para seguir haciendo sentir su poder y presencia. En cambio, aquí el equipo de la candidata, hasta ahora oficialmente perdedora al gobierno de la entidad, lanzó hasta una convocatoria “de prensa” la semana pasada que resultó un mitin más y un fiasco informativamente hablando ya que lo “importante” que iba anunciar (se presumía la anulación), no se dio ni por asomo, Es lógico, el único que se puede pronunciar en cuanto a eso es el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

De manera que Pablo Lemus continúa por su parte su plan transicional, y es bueno que esto se haga correctamente, ya que la determinación judicial podría ser en cuestión de días, semanas y quizá hasta octubre próximo. Por supuesto que esto molesta y mucho a los morenistas, quienes argumentan que el tema no ha llegado a su conclusión. Esto en realidad es debido al recurso presentado ya que, por lo demás, Lemus es a la fecha el único Gobernador legalmente electo reconocido por el tribunal local. La defensa del voto que abandera también el gobernador Enrique Alfaro, así como la autonomía del estado que debe preservarse al igual que el respeto a la independencia de los poderes, constituyen a su vez un mensaje directo tanto al gobierno y a su partido como a las autoridades electorales encargadas del caso. Podría considerarse que con qué fin. La verdad es que este organismo se encuentra en una etapa en la que pudiera temerse una desviación en sus determinaciones. El TEPJF está actualmente sujeto a sus propias presiones a consecuencia de la reforma judicial y no sería extraño que estuviese sujeto, o al menos algunos de sus integrantes, a “ciertos condicionamientos”. Ya el caso de la alcaldía Cuauhtémoc marcó inquietud por la descarada influencia de Ricardo Monreal para seguir impulsando, por las buenas o por las malas, a su hija “Caty” y presionar a los magistrados electorales de la Ciudad de México en la anulación de constancia de mayoría a Alessandra Rojo de la Vega “por violencia de género”.

Así que ciertamente existe una duda razonable en cuál será la actitud del TEPJF para el tema Jalisco, pero un indicador será perceptible en la decisión que habrá de tomarse para Guadalajara, lo que seguramente está por suceder en cualquier momento. Sin embargo, y muy a pesar de los virulentos ataques de los morenistas, producto del empoderamiento logrado por su partido, nada hace pensar que dentro de los lineamientos estrictamente jurídicos pueda concederse su reclamo de anulación. Y, por cierto, sólo por especular, ¿quién les podría garantizar que aun en caso de anulación tendrían que ganar?

Por otro lado, en el gobierno federal hay preocupaciones subsistentes. La relación entre López Obrador y su sucesora no se advierte tan tersa como aparenta. Para la presidenta electa no son suficientes los abrazos, complacencias y levantadas de brazo. En el fondo ya hay diferencias sustanciales en cuanto a los amarres efectuados por AMLO, quizá para un “pase lo que pase”, continuar con el poder tras el trono, aunque se le pudiera dar cualquier otro nombre. El obradorato quiere permanecer y hacerse presente, y lo va a hacer con una secretaria de Gobernación incondicional, como varios más de los que ocupan puestos de trascendencia en el nuevo gabinete, de los cuales la última “adquisición” fue la de Octavio Romero Oropeza, que pasa de Pemex al nada despreciable organismo que tendrá uno de los mayores presupuestos de su historia, el Infonavit. Mucho provecho está sacando el mencionado como contraprestación a todos los servicios y beneficios que otorgó el agrónomo mil usos en tiempo de las “vacas flacas” hasta a los hijos de López Obrador.

Para el presidente no hay ya límites al poder. Se salió con la suya de la más artera forma posible con la reforma judicial que convierte al único poder contrapeso que quedaba en el país en una especie de Frankestein que tiene en vilo el destino mismo del país. Y así se vendrán los demás cambios a las leyes constitucionales, como en cascada y al gusto del presidente. Será por ello fue capaz de salir al balcón de Palacio y lanzar nada menos que ¡22! vítores a la remojada concurrencia, además otros cuatro de “mueras”, Y algo que refleja ya el cierre del sexenio con un ¡que viva la cuarta transformación! O lo que es lo mismo: ¡que viva… yo”. Ojalá que Jalisco siga unido. Nada nos hace más falta en este momento.


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