Difundir la fotografía de una mujer semidesnuda con la superposición del rostro de la senadora Andrea Chávez y con la leyenda “La Cenadota de la República”, para Antonio Garci Nieto esto no es ningún delito. Lo cierto es que, la Ley Olimpia se opone a su ceguera de género.
Ante las críticas sobre su conducta, el monero optó por decir que él era la víctima: “Yo no hice esa imagen, eso es una calumnia, ya circulaba desde hace más de un año en internet y ahora que les sirve para lincharme con ese sambenito me lo cuelgan”; dijo que se trata de una campaña orquestada para censurarlo debido a sus críticas al gobierno.
Con base en el artículo 20 Quáter de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, estos hechos constituyen violencia digital; se trata de una acción dolosa cometida a través del uso de tecnologías de la información y comunicación mediante la cual se difundieron imágenes simuladas de contenido íntimo sexual de la senadora Chávez, sin su consentimiento, lo que afectó su vida privada y su imagen personal.
Asimismo, este acto también constituye violencia mediática, ya que fue consumado a través de un medio de comunicación, promoviendo estereotipos sexistas y discriminación de género.
A raíz de la solidaridad mostrada por diversas mujeres y comentarios como: “Si violentarte a ti le sale gratis, ¿qué nos espera a las demás?”, la parlamentaria chihuahuense decidió presentar una denuncia con base en los delitos contemplados en la Ley Olimpia, que prevé sanciones de tres a seis años de prisión, así como multas que van de 500 a 1,000 Unidades de Medida y Actualización.
Por tratarse de una mujer en el ejercicio de un cargo de elección popular, también constituye violencia política en razón de género, que podría llevar a Garci Nieto al Registro Nacional de Personas Sancionadas por VPG.
Además, no es la primera vez que comete este tipo de actos: en sus publicaciones en redes sociales llama “Piruja”, “nalguita” (10-sept-2019) o “putonas” (4-mayo-2024) a una gobernadora y una secretaria de Estado.
En los comentarios a su publicación, le recomiendan al monero que “Es hora de soltar esas malas mañas de querer demeritar a una mujer de esa manera, ataca ideas no a la persona”.
No obstante, Antonio Garci sostiene que con su humor está en ejercicio de su libertad de expresión y que “El humor no es la causa de ninguno de los problemas del mundo, pero sí es uno de sus síntomas”. Premisas falsas.
La libertad de expresión no justifica la violación de los derechos humanos. Aunque es cierto que el humor misógino refleja la violencia de género normalizada en nuestra sociedad machista, también contribuye a perpetuarla cuando se convierte en un arma para denigrar a las mujeres simplemente por su género.
Es así que, el humor misógino se integra en el círculo vicioso de la violencia de género.
Garci Nieto afirma haberse disculpado con la senadora Andrea Chávez, aparentemente, aunque no comprende por qué tuvo que hacerlo.
Su ceguera de género tiene sus causas en su machismo, profundamente arraigado en sus acciones cotidianas, en la falta de conciencia sobre su existencia y en la incapacidad de identificarlo.
Garci Nieto: el monero que no ve que no ve.