Antes de que el buen Dr. Fleming decidiera aplicar acido fenólico a las heridas de guerra, los pacientes heridos se infectaban muy fácilmente, las piernas y brazos se gangrenaban, la infección se esparcía por todo el cuerpo hasta la muerte.
Esta técnica de asepsia y lavado de las heridas permitió evitar la contaminación e infección de las heridas por microbios.
Sin embargo, el lavar las heridas hoy en día con sustancias menos tóxicas que el ácido fenólico, como el isodine o jabón, solo previene la infección de manera externa.
No fue hasta que Alexander Fleming descubrió el poder de la penicilinasa (una enzima producida por un hongo capaz de matar bacterias) y así descubrió el primer antibiótico efectivo y producido a gran escala en el mundo: La Penicilina.
El uso de antibióticos pues, también logró curar un sin fin de heridas infectadas.
Estos dos descubrimientos permitieron a la par reducir la gran mortalidad materna después de un parto, provocada por la Fiebre Puerperal; las parturientas se infectaban muy fácil, sobre todo, cuando el parto vaginal se complicaba, hace 100 años; con el uso de instrumental como fórceps, el parto se convertía en algo muy cruento; también las relaciones sexuales muy cerca del parto provocan infecciones, la anemia y desnutrición u obesidad de las embarazadas es un factor de riesgo, también el corte quirúrgico llamado episiotomía, entre vagina y el ano, para que el niño pueda tener más espacio para salir y ser expulsado por la madre, se infectaba comúnmente.
Hoy la asepsia y antisepsia y el uso de antibióticos puede prevenir y curar la fiebre puerperal; el uso de guantes también resultó básico en la atención de un parto y prevenir infecciones.
Hoy la fiebre puerperal es menos frecuente y menos mortal que antes; suele presentarse con la aparición de fiebre dos o tres días después del parto, con dolor muscular, fatiga y desgano además de la salida de líquido por la vagina, conocidos como loquios, que son mal olientes; en ocasiones se confunde la fiebre con mastitis por la lactación materna; en cualquier caso hay que corroborar y tratar rápidamente la fiebre puerperal para evitar complicaciones severas y muerte, lo cual representa una verdadera catástrofe, al dejar a un recién nacido huérfano de madre.
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