Tortura médica

  • Vademecum
  • Óscar Hernández G.

Laguna /

Existen procedimientos rutinarios que se realizan en los hospitales todos los días, día y noche; claro, algunos son dolorosos desde una inyección intravenosa o intramuscular hasta otros más complejos. 

Pero quizá el procedimiento que nunca olvidará el enfermo es la colocación de la sonda nasogástrica. 

Algunas mujeres han intentado suicidarse tomando muchas pastillas sedantes; bueno, un tratamiento inmediato al llegar a urgencias es colocar la sonda nasogástrica y lavar el estómago y extraer las pastillas o los restos a través de la sonda; pero en ocasiones la colocación de la sonda es tan molesta, incómoda y dolorosa que la “suicida” ya no vuelve a intentarlo. 

La Sonda que se introduce por la nariz hasta llegar al estómago es de plástico flexible, pero aun así es incómoda; existen otras más suaves de silicón, pero aun mantienen la molestia; nosotros las usamos por ejemplo en el paciente que tiene sangrado de tubo digestivo y vomita sangre; vaciamos el estómago de la sangre acumulada y en ocasiones disminuye el sangrado; aunque solo es parte del estudio y tratamiento del sangrado. 

En el paciente que pierde el estado de alerta por algún traumatismo agudo y fuerte de la cabeza es importante que no vomite y vaciar el estómago, porque algunos vomitan y parte de ese vómito puede irse a los pulmones y producir una neumonía por broncoaspiración.

Desde luego también nos interesa dar de comer al paciente por la sonda nasogástrica; y lo hacemos en el paciente comatoso, por ejemplo. 

A través de la sonda pasamos alimentación licuada. 

Cuando el uso de la sonda nasogástrica se prolonga digamos, un par de semanas, mejor se opta por realizar una gastrostomía, y se retira la sonda nasogástrica.

Lo cruento en la colocación de la sonda depende de la cooperación del paciente y la habilidad del médico para colocarla. 

En varias ocasiones esto se convierte en una verdadera tortura sobre todo si el paciente no coopera o bien el médico no tiene la habilidad para colocarla sutilmente. 

Cuando el paciente sufre nos maldice y nunca más quiere volver al hospital; una sonda nasogástrica mal colocada simula los métodos de tortura como el de individuo atado, con una toalla mojada en su rostro mientras otro vierte agua sobre su cara.


sinrez@yahoo.com.mx

Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.