Voyager

Ciudad de México /

No me deja de asombrar cómo la palabra Voyager sigue dominando una buena parte de los chats de WhatsApp en este país: voyager es el término que el sistema sugiere automáticamente cada vez que quieres escribir voy. Si escribes solo voy, seguido de enter, lo que va a mandar es la palabra voyager.

Esto no es nuevo. Es un tema que viene desde hace más de un año. Y claro, no es ninguna tragedia el hecho de que suceda, pero eso no quita que es molesto.

Otro detalle impráctico: en la plataforma de Mail de Apple, por lo general los primeros mails que sugiere al momento de escribir una dirección corresponden a direcciones de personas a quienes tengo, literalmente, años de no escribirles (por encima de aquellas a quienes les mando mails varias veces al día).

En un mundo en el que nos hemos acostumbrado a picarle al botón de skip intro en Netflix o a la conveniencia de que nuestras passwords estén ya grabadas y listas para usarse, esos detalles terminan siendo irritantes… quizá hasta un poco de más.

Técnicamente, resolver el voyager o las sugerencias de correos no debe ser algo muy complejo. ¿Por qué no se hace?

Entramos entonces a la dimensión de las prioridades de las empresas. Y entonces la pregunta es qué tan relevante resulta para la empresa destinarle recursos a algún proyecto, visto desde una perspectiva estratégica o de negocio. Puesto de otra forma, las empresas se preguntarán si vale la pena gastar su tiempo y sus recursos en cada proyecto, considerando cómo les beneficiará (o les evitará problemas).

Si no obtendrán muchos beneficios, es de esperar que no les quitará el sueño. No es como que dejarán de usar sus servicios. Dudo que alguien vaya a dejar de usar su iPhone porque automáticamente le reemplazó la palabra voy por voyager. Es entendible, por tanto, que para Apple esto no se trate de un tema prioritario.

Como usuarios, parece que tendremos que aguantarnos estas ligeras molestias. La realidad es que hay otras que son considerablemente peores. ¿Qué tal el que las autopistas de cuota en este país se niegan a implementar tecnología que funcione y agilice el tráfico en las casetas? Al menos en el caso de Nuevo León es de lo más normal que “el sistema no lea la tarjeta” y las filas sean interminables. ¿O qué tal que los servicios del aeropuerto, como la entrega de maletas documentadas, sean cada vez más lentos y deficientes? ¿O que la gran mayoría de sus máquinas para hacer el pago del estacionamiento no funcionen?

Las empresas operadoras de este tipo de concesiones saben que no están en riesgo de perder usuarios. Por otro lado, saben también que cualquier ahorro les repercute directamente en sus utilidades —no es casualidad que en los listados de las empresas más rentables de este país aparecen siempre los aeropuertos y los operadores de autopistas.

¿Tenemos alternativas? No sé. No creo. O bueno, no en el corto plazo. Una empresa que alcanzó una posición monopólica en el mercado —así sea porque es dueña de una tecnología única (Apple) o porque se ganó un contrato que le garantiza su negocio (como las operadoras de concesiones)— ahora puede darse el lujo de no tener que hacer mejoras porque no está en riesgo de perder clientes.

¿Triste? Sí. Por lo pronto no me queda de otra sino avisar que Voyager llegar tarde porque la fila en la caseta de la autopista está lentísima.

  • René Lankenau
  • Fundador de Whitepaper
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