Los diputados de MORENA, PT y PVEM aprobaron la reforma constitucional del Poder Judicial Federal para que ministros, magistrados y jueces se elijan mediante votación popular.
Además, de ese despropósito evidente, lo más grave es que se trata del preámbulo de las otras modificaciones programadas que amenazan el sistema de derecho constitucional democrático.
Porque el control presidencial de los poderes Judicial y Legislativo, la existencia del partido oficial y hegemónico, y la anulación de las minorías parlamentarias son las bases para un totalitarismo disfrazado de democrático.
Nada ilustra mejor esa posibilidad que la siguiente nota de pie de página en la obra Derecho Constitucional Mexicano de Felipe Tena Ramírez, relativa a la pretendida democracia soviética, que en síntesis dice:
“No puede reputarse democrático el régimen basado en la dictadura del proletariado.
Conviene reafirmar esta opinión frente a la propaganda del derecho constitucional soviético que insiste en confundir la dictadura con la democracia”.
“En la obra Derecho Constitucional Soviético, A. Denisov y M. Kirichenko, exponen que el Poder Legislativo está depositado en el Soviet Supremo de la U.R.S.S., el Ejecutivo en el Consejo de Ministros, y el Judicial en el Tribunal Supremo, independiente y sólo subordinado a la ley.”
“Además de la división de poderes la Constitución soviética establece el régimen federal, los derechos humanos y el sistema electoral.
Por tanto, esa organización, pulcramente constitucional, parece realizar el desiderátum democrático del constitucionalismo occidental”.
“Sin, embargo, el poder supremo lo ejerce un solo hombre: el presidente.
En él reside el poder dictatorial por encima y a pesar de la Constitución. Así la dictadura del proletariado se resuelve en la dictadura de un solo hombre”.
Políticamente libre, dice Kelsen, es el individuo que participa en la creación del orden jurídico.
Sin esto la Constitución solo oculta la autocracia.
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