Con la iniciativa de desaparecer el INAI no queda claro si lo que se quiere es eliminar a la institución o a sus funciones. El anuncio de que será desmantelado el Sistema Nacional de Transparencia —no solo el órgano nacional, sino también los locales— hace suponer lo segundo.
No es novedad que el poder sea alérgico a transparentar sus acciones, tampoco que el acceso a la información resulte un derecho irritante para la burocracia. Lo insólito es que, con el pretexto de reducir costos, se imponga el regreso al oscurantismo.
La iniciativa que Morena y sus aliados defienden pretende transferir las funciones del INAI al Poder Ejecutivo federal. Con ello, los empleados de la Presidencia serán juez y parte cuando la ciudadanía reclame conocer información pública.
Si hace 20 años se creó el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), como un órgano con autonomía política y técnica, fue justo para combatir la negativa de información que, de manera casi instintiva, imponen las dependencias burocráticas.
Con el paso del tiempo ese instituto se transformó en un órgano nacional con fuerza y capacidad para garantizar la entrega de información en manos de las entidades federativas, los municipios, todos los poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) y también respecto de los llamados órganos autónomos del Estado.
Es aberrante que ahora se pretendan transferir estas funciones al Ejecutivo federal porque con ello se buscaría colocar a este poder por encima del resto. No es en modo alguno saludable que la nueva Secretaría Anticorrupción y de Buen Gobierno se encargue de exigirle al Banco de México, al Inegi, al Poder Judicial o a los gobiernos estatales que cumplan con sus responsabilidades. De hacerlo así se lesionaría, aún más, la división de poderes y también los principios del federalismo.
La desaparición del actual sistema de acceso a la información también pone en riesgo los mecanismos previstos por el T-MEC, que buscan homologar procedimientos entre los tres países firmantes. En Estados Unidos, por ejemplo, la transparencia está asegurada por un mecanismo popularmente conocido como FOIA, el cual se encuentra regulado por la Freedom of Information Act.
Zoom: Si se va a desaparecer al INAI, tendría que asegurarse la sobrevivencia de sus tareas sustantivas; un recurso similar al FOIA podría ser una alternativa para escapar de las tinieblas que algunos nos pretenden imponer.