Osiel Cárdenas Guillén entrenó perros en el sótano del Instituto Nacional de Ciencias Penales. Durante un tiempo durmió en una jaula y ahí aprendió a emplear a esos animales como armas peligrosas.
Años después subió la escalera de la Policía Judicial y, al mismo tiempo, los peldaños del poder criminal. Lo apodaron El Mata Amigos después de que se convirtió en el principal líder de las organizaciones que operaban en Tamaulipas. Ese sobrenombre lo persiguió desde el día que ordenó a uno de sus matones que volara la cabeza a su mejor amigo.
Osiel Cárdenas conducía un vehículo rumbo a playa Bagdad mientras la víctima iba bebiendo cerveza muy quitado de la pena. Detrás suyo, Arturo Guzmán Decena —conocido más tarde como El Z-1— disparó desde el asiento trasero.
Casi de inmediato, Decena le consiguió un grupo de guardaespaldas formados por el Ejército como fuerzas especiales. Esos individuos se volvieron armas letales al servicio de Osiel, igual que antes lo hubiesen sido sus perros.
Tal fue el núcleo original que dio nacimiento a Los Zetas. Una vez que logró domar a los desertores, Cárdenas instruyó que se multiplicaran. Para el arranque del siglo, ese cuerpo paramilitar rebasó los cuatrocientos integrantes.
En 2003 la opinión pública se enteró de que el brazo armado del cártel del Golfo incluía entre sus principales mandos a personal de las fuerzas armadas.
Ahora que Osiel está de vuelta, después de haber permanecido en una prisión estadunidense más de catorce años, regresan las anécdotas que ponderaron a este personaje como el más peligroso de su época.
En 2005 fue necesario sacarlo del país porque, a pesar de estar preso en un penal de máxima seguridad, continuó a la cabeza tanto del Golfo como de Los Zetas.
La sospechosa muerte de Ramón Martín Huerta, secretario de Seguridad durante el gobierno de Vicente Fox, aceleró su extradición asumiendo que, desde el extranjero, este criminal no podría continuar con sus actividades delictivas.
Zoom: Osiel Cárdenas tiene apenas 55 años y cabe temer que volverá a retomar el control sobre su carrera delictiva.