Tuvieron que cantar las mañanitas para lograr ponerse de acuerdo. Las y los legisladores de Morena y partidos aliados llevaban toda la jornada sin alcanzar un consenso respecto al nombre de la titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
El problema fue que la mayoría se fracturó. El senador de Estado de México, Higinio Martínez, por ejemplo, el martes mismo por la mañana declaró que no sería conveniente para esa dependencia que Rosario Piedra se reeligiera.
También Javier Corral, presidente en el Senado de la Comisión de Justicia, escribió en sus redes sociales que lo mejor para la CNDH sería dar pie a una nueva etapa. Tenían la misma convicción otras personas integrantes de la Cámara alta que, 10 días antes, habían puesto la peor calificación a Piedra y la mejor a Nashieli Ramírez, otra de las aspirantes.
El método que se propuso para proceder a la votación fue clave de lo ocurrido. En vez de aprobar el nombramiento a mano alzada, como el oficialismo prefiere, en esta ocasión se decidió que el sufragio fuese secreto, esto para evitar presiones políticas inconvenientes.
Sin embargo, el presidente del Senado, el petista Gerardo Fernández Noroña, operó para evitar que se instalara una mampara que diera seguridad a la intimidad del voto ya que sabía, igual que los líderes de la bancada mayoritaria, que de procederse así Piedra no lograría su ratificación.
Aceptaron, sin embargo, como método el uso de cédulas que debían incluir el nombre tanto de la candidata preferida como del legislador que le respaldaba. Entonces surgió un rumor que se terminaría revelando como verdadero. Esas cédulas no iban a ser llenadas por los sufragistas, sino por sus jefes políticos.
Por aberrante, esa otra propuesta al final se desechó. Al parecer fue el senador Corral quien armó un escándalo grande frente a este autoritario proceder. Con todo, la aplanadora continuó su andar y, después de cantar las mañanitas al ex presidente Andrés Manuel López Obrador —por su cumpleaños número 71— se logró encumbrar otra vez a la candidata más criticada, desde dentro y desde fuera de la Cámara alta.
Zoom: ¿Cuántas votaciones más podrán someter la libertad y la dignidad de los representantes populares del oficialismo? En esta ocasión los jefes obtuvieron lo que querían, pero a costa de maltratar a los correligionarios y sobrecalentar en exceso los ánimos.