¿Por qué la Cámara de Diputados no asignó recursos para que el INE organice los comicios judiciales del año próximo?
Porque no se tratará de elecciones similares a las que se celebran para elegir a los poderes Ejecutivo o Legislativo. En realidad, será un referéndum donde la gente que acuda a las urnas sancionará las listas previamente confeccionadas desde el oficialismo.
Solo así se entiende por qué el Legislativo dejó seco al INE. Este instituto solicitó poco más de 13 mil millones de pesos y en respuesta recibió un portazo en las narices. Ante la negativa, sus autoridades optaron por distraer recursos originalmente destinados a otras tareas y así fue como rescataron 4 mil 349 millones de pesos con los que intentarán sacar adelante la tarea.
Fue muy penoso el último debate entre las y los consejeros. Parecían los integrantes de una familia intentando hacer economías en época de guerra. Cada propuesta fue más miserable que la anterior, por ejemplo, eliminar el papel seguridad y reducir a media carta el tamaño de la boleta electoral; prescindir de 50 por ciento de las casillas (lo cual implicaría que cada centro de votación, en vez de atender a 750 personas, vaya a recibir alrededor de 3 mil votantes durante la jornada), o guillotinar 40 por ciento del personal que capacita a las y los funcionarios de casilla.
Pareciera que alguien hubiese concebido, de manera muy anticipada y truculenta, un plan maestro para el desastre. Hay, sin embargo, una hipótesis alternativa: dado que no habrá competencia entre candidaturas –ya que en realidad se tratará de un referéndum–, este ejercicio pretendidamente democrático puede hacerse con muchos menos recursos.
Quienes gobiernan habrían ya calculado que el evento será similar al que organizó Morena en 2018, cuando se interrogó a la gente sobre la cancelación del Aeropuerto de Texcoco.
Zoom: En esta ocasión la pregunta será aún más simple: “¿está usted de acuerdo con la lista de jueces, magistrados y ministros propuesta por la presidenta Sheinbaum?”. Para responder a esta pregunta resulta irrelevante si se utiliza papel media carta, si el documento es seguro, si se atiende a 750 o a 3 mil personas por centro de votación o si se capacita al personal de casilla.