Hasta ahora ellas se presentan mucho más sensatas. La presidenta Claudia Sheinbaum los mandó de paseo de aquí a que la política regrese de vacaciones. Pidió que los señoros Adán Augusto López y Ricardo Monreal mantengan la cabeza fría, no sin antes desearles “Feliz Navidad” y “Próspero Año Nuevo.”
Si el Congreso se cae es problema de esos varones, no de ella. ¿De qué va el pleito dónde están enfrascados los señoros? No hay nada de anecdótico en la narración, sino una descripción de los ánimos descompuestos con los que cierra el para la pretendida Cuarta Transformación.
Todo comenzó porque la bancada de Morena en la Cámara baja redujo en 120 millones de pesos el presupuesto del Senado. La cantidad es ridícula frente a los 9.3 billones previstos para el próximo año; se trata de algo así como el 0.0013 por ciento del total asignado.
Argumenta el líder de Morena en la Cámara alta, Adán Augusto López, que su correligionario, Ricardo Monreal, le arrebató esa cantidad arbitrariamente.
Respondió el zacatecano que ésa no fue su intención y que, además, López cuenta con un fideicomiso en cuya panza hay más de mil millones de pesos, dinero que le serviría para compensar el supuesto faltante.
Encabritado el senador pegó de gritos antes de afirmar la posible comisión de actos corruptos por parte de Monreal, cuando, en la legislatura anterior, ocupó la silla desde la que ahora despacha.
Monreal reviró a su nuevo enemigo que si tenía algo que reclamar, no lo hiciera a través de los medios de comunicación, ni por medio de sus voceras, sino en la ventanilla de un juzgado.
Cuando el tercer señoro, Gerardo Fernández Noroña, se sintió marginado de este pleito, no se aguantó de tomar partido: reclamó a Monreal que no hubiera obedecido las órdenes provenientes de Palacio Nacional y con ello justificó el pelito de barrio que se traen sus amigos.
No parecen niños, tampoco adolescentes, pero los señoros de Morena traen cargada de testosterona su mochila. Desafinan en tono con la Presidenta y el resto de las voces femeninas de Morena.
Zoom: Los nuevos liderazgos de Morena están aún por decantarse; por lo pronto es evidente que de un lado sientan los señoros y del otro lado las señoras.