Gracias por sus juguetes

Ciudad de México /

La primera vez que mataron al Mencho fue el 13 de febrero de 2022, cuando medios tapatíos anunciaron que el fundador del Cártel de Jalisco habría sufrido un paro cardiorrespiratorio en un hospital de Guadalajara. Un año después, un diario yucateco publicó una supuesta filtración de la DEA afirmando que El Mencho habría sido incinerado luego de sucumbir por su insuficiencia renal; la nota incluso dibujaba la historia triste de la abuelita del capo cerrando su habitación y poniéndole flores y velas a su retrato. A fines de diciembre de ese mismo 2023 comenzó a circular un corrido interpretado por Ricardo Lobo, llamado Ya se fue, diciendo así: “Ya se fue Cuatro letras controlando, al frente de su comando, con armas de alto poder. Hoy se ve, fuerte se nota su ausencia, la muerte llegó por él, mientras vivo pudieron tocarlo, muerto ya no podrá ser”.

Nemesio Rubén Oseguera Cervantes, o El Señor de los Gallos, es hoy, tras la captura de El Mayo y la entrega de Los Chapitos, el narco de más peso en México, quizá sólo después de Caro Quintero, personaje mítico pero menor en cuanto a toneladas puestas en el mercado. Comenzó su carrera vendiendo aguacates en su natal Michoacán, y luego gramos de heroína en San Francisco, de donde fue deportado. Ya en México se hizo policía, pasándose pronto al Cártel del Milenio, entre los primeros en incursionar en el mercado de las anfetaminas; el grupo era cliente frecuente del infame Zhenli Ye Gon. Al ser capturados sus fundadores, los hermanos Valencia, Oseguera se puso a la cabeza de los llamados Matazetas; efectivamente, los de la última letra fueron desmantelados al poco tiempo, en parte por sus rivales y en parte porque sus excesos sanguinarios los volvieron insostenibles: luego de haber acribillado a 72 migrantes y de haber quemado vivos a una cincuentena de personas en el Casino Royale, el gobierno no tuvo más remedio que ir por ellos. De esa refriega El Mencho emergería como cabeza del cártel recién bautizado como el de Jalisco Nueva Generación.

Será el sereno, pero ese tres veces muertito tiene vigente una recompensa ofrecida por el Departamento de Estado gringo que el 4 de diciembre pasado fue aumentada a 15 millones de dólares. Encima, Oseguera se da el lujo de hacerla de filántropo: el pasado 27 de diciembre la alcaldía de Coalcomán, Michoacán, le agradeció así en una rumbosa fiesta: “Los niños de Coalcomán, a sus hijos 2 y 3, Delta 1 por su noble gesto. Gracias por sus juguetes”.

Delta 1 es el nombre cifrado de Armando Gómez Núñez, recién detenido jefe de plaza del CJNG y pareja sentimental de la hermana de Anavel Ávila, alcaldesa por Movimiento Ciudadano de Coalcomán, quien llegó al puesto porque su contrincante, el perredista Rafael Saucedo, ganó ampliamente la contienda pero nunca se presentó a recoger su constancia, desapareciendo del pueblo.

Todo esto lo sabemos porque Ávila no tuvo empacho en hacer apología del narco con altavoz y manta en un evento oficial. Pero eso no significa que los demás municipios mexicanos estén libres del flagelo. Significa solamente que sus alcaldes no son tan tarados.


  • Roberta Garza
  • Es psicóloga, fue maestra de Literatura en el Instituto Tecnológico de Monterrey y editora en jefe del grupo Milenio (Milenio Monterrey y Milenio Semanal). Fundó la revista Replicante y ha colaborado con diversos artículos periodísticos en la revista Nexos y Milenio Diario con su columna Artículo mortis
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