Crisis universitaria

  • Tiempo vivido
  • Rodolfo Esparza Cárdenas

Laguna /

Esta semana cerró sus puertas la Unidad Laguna de la Universidad del Valle de México. 

Dicha institución llegó a Coahuila, a Saltillo, hace aproximadamente 15 años, un poco después se abrió el campus Torreón, a un costado de otra universidad la Iberoamericana, ambas instituciones formando parte del sistema particular de enseñanza universitaria del país, una de base religiosa, la otra laica.

Hace muchos años, que la educación se concibió como un deber gubernamental de proporcionar educación denominada pública porque su sostenimiento se hace con los impuestos que pagan los ciudadanos. 

Las naciones autóctonas también tuvieron instituciones educativas; durante la colonia el dominio en la materia fue de la Iglesia en todos los niveles concebidos hasta entonces, servicios unos gratuitos otros de paga. 

Durante la independencia ya se pensó en una educación pública que formara a las nuevas generaciones dentro de la ideología liberal republicana, se combatió por ello a la educación patrocinada por la Iglesia. 

Durante la Reforma se formaron en muchos estados las Institutos de Ciencias, muchos de los cuales fueron la simiente de las universidades estatales, todas públicas.

Pero las universidades privadas religiosas y laicas fueron abriéndose camino, sobre todo porque las universidades públicas limitaban la matrícula por falta de presupuesto. 

Los padres pudientes sostuvieron estas instituciones que fincaban su prestigio en decir que ofrecían educación de mejor calidad porque tenían la capacidad de seleccionar al personal docente, sin presión sindical, Muchos padres creyendo esto sacrificaron a otros hijos por enviar a uno o dos, haciendo demasiados ahorros para pagar las colegiaturas cada vez más altas porque se comprobó que la educación podría ser gran negocio.

Pero la crisis económica ha impedido poder pagar colegiaturas altísimas, sin más regulación que el mercado y la oferta; así se entró en un círculo vicioso, pagar menos al personal docente y en consecuencia tener maestros de menor calidad y otros valiosos que aguantan esos salarios por falta de empleos en la educación superior a pesar del incremento de instituciones, muchas “patito” por ende mal pagadas. 

La crisis hará cerrar más instituciones, una triste realidad en demérito de la educación superior mexicana.

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