Funcionarias, directoras de área y trabajadoras de México y Puebla han expresado que aún existe una brecha salarial, la cual está evidenciada en estadísticas e informes económicos, como el realizado por el Observatorio de Salarios de la IBERO Puebla, titulado 4° Informe de desigualdad de género 2024, donde se enfatiza que los salarios desiguales generan más problemáticas sociales.
En dicho estudio se reveló que en 2023, la brecha salarial en México era de 57% mientras que para Puebla era de 61%. La afectación de esto se presenta cada quincena cuando las poblanas ganan menos que los hombres, cuando notan un acceso limitado a un crédito o a las pensiones laborales.
Es injusto que por cada hora trabajada una mujer gane menos que un hombre. Pero esta semana se dio un paso adelante: la diputada morenista, Dolores Padierna, en funciones de la presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, expresó que tras el cómputo de votos aprobatorios de la mayoría de las legislaturas de los estados y de la Ciudad de México, el Congreso de la Unión declaró reformados y adicionados los artículos 4º, 21, 41, 73, 116, 122 y 123 de la Constitución Política, en materia de igualdad sustantiva, perspectiva de género, derecho de las mujeres a una vida libre de violencia y erradicación de la brecha salarial por razones de género. Por lo que el asunto se remitió a la Cámara de senadores.
Lo que se espera es que los salarios emitidos por el empleador correspondan al trabajo realizado independientemente del sexo, género o nacionalidad de la persona que los realiza. Y creo que lo mismo debería aplicar a las gratificaciones. Pues sólo así se reducirá y eliminará la brecha salarial de género.
La semana pasada asistí a un seminario del Futuro Digital y Perspectivas Económicas, ahí Jeannette Leyva, especialista en banca y finanzas y Tonatiuh Rodríguez, director bancario mencionaban la importancia de la inclusión financiera, pues el salario podría guardarse en un banco, haciendo un historial crediticio, accediendo y usando los servicios financieros, que al final incrementan la calidad de vida. Así que ya es tiempo que las mujeres reciban lo justo.