El próximo miércoles, comenzará la discusión y prevista aprobación en la Cámara de Diputados el dictamen de reforma de la Comisión de Puntos Constitucionales por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de simplificación orgánica, es decir, con la justificación de austeridad y combate a la corrupción, pues su origen está en un modelo de instituciones neoliberales, se eliminarán organismos autónomos, entre ellos el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) y 32 organismos garantes estatales.
Algunas precisiones. Lo más importante. Los derechos fundamentales que están en juego con la desaparición del INAI y los organismos garantes, como el ITEI en Jalisco, no se derogan en el dictamen; e incluso, aunque pretendieran “derogarlos” constitucionalmente, no “desaparecen” por decreto, pues son inherentes al ser humano, imprescriptibles, inembargables e intransferibles. Son consustanciales a nuestra identidad humana.
Sin embargo, con la desaparición del INAI y organismos estatales, así como la transferencia a estructuras gubernamentales, en particular a los órganos de control interno (contralorías), todos perdemos un medio e instrumentos que han propiciado un mayor ejercicio, garantía y protección de derechos. Es decir, se atenta contra su progresividad, pues en el modelo propuesto el sujeto obligado a la vez juez y parte, sujeto obligado y presunto garante.
Aunado a ello, no hay que perder de vista que desaparecerá el Sistema Nacional de Transparencia (SNT), con lo que se avanzó y fortaleció la parametrización de la protección, garantía y promoción de los derechos en juego.
Los planteamientos constitucionales, además, anulan el federalismo, imponiendo a las entidades federativas un modelo para el ejercicio de los derechos, no dejando margen de libertad para que cada uno determine con qué y cómo ejercerlos, garantizarlos y promoverlos. La regresión es tal en esta reforma, que quedaremos en una situación restrictiva y limitante mucho mayor a la tenida antes de la reforma de 2014, cuando se transformó el IFAI en INAI y se dio pie al SNT.
Como todo no está escrito aún en el Congreso de la Unión, si se persiste en eliminar el INAI y el SNT, al menos se debería dejar en libertad a las entidades federativas con qué y cómo garantizar los derechos que están en ruta de regresión.
¿Qué haremos sin el INAI y sin el ITEI en Jalisco? Aunque la regresión nos lleve a estadios previos, no olvidar que los derechos estén en vilo de forma positiva (legalmente), no así en cada uno de nosotros. Requerimos reaprender a promoverlos, ensancharlos y ejercerlos en el quehacer cotidiano, aun con un modelo restrictivo que otorgue herramientas para que, desde el poder, desde el sujeto obligado, sea administrado, dosificado, limitado o negado.
Desde fuera del poder público, fuera desde el centro del poder público, desde la periferia, emprender acciones creativas, lúdicas para preservarlo y ejercerlo.