Dieguito soñaba con la paz. La dibujaba y lideró en su representación escolar. Injusta y trágicamente perdió la vida a causa de una bala perdida en Yautepec. El niño de 10 años es ahora un símbolo de esperanza destruida, un recordatorio del anhelo por vivir libres de la depredación criminal, en entornos seguros, sangrientamente frustrados.
La muerte del niño de 10 años, ocurrida el 2 de diciembre —a unas horas de haber recibido un reconocimiento escolar por un dibujo relacionado con la ausente calma social— exhibe la vulgar y aleatoria vulnerabilidad. Quienes aprenden a refugiarse, en algunas entidades como la Sinaloa desgobernada por Rubén Rocha Moya o en el Morelos de Margarita González Sarabia, debajo de un pupitre o en la cautela nocturna, han normalizado el entorno criminal.
La violencia alrededor de escuelas es un factor de urgente atención. Un desafío donde se concentran sin miramientos variables sociales, políticas, tecnológicas y educativas. La oportunidad de homologar condiciones de avance contra la incidencia delictiva está abierta para entidades colindantes a la CdMx, el Estado de México y Morelos. No ocurrirá sin liderazgos diarios, sistemáticos como los sugeridos con firmeza observante por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, con la autoridad derivada de sus logros.
Construir la paz en espacios escolares trasciende el despliegue policial ocasional. Requiere participación de la comunidad, coordinación interinstitucional y el uso de herramientas tecnológicas avanzadas, como la videovigilancia. Tan fundamental es prevenir actos violentos, generar elementos de prueba contra presuntos responsables como la promoción de relaciones saludables y la resolución pacífica de conflictos.
La violencia en los alrededores escolares —robos, acoso, conflictos entre estudiantes o pandillas, venta de droga— afecta gravemente el bienestar de las y los estudiantes. Puede detonar la deserción, el reclutamiento delictivo o, en el peor de los escenarios, la muerte de un niño. ¡De un niño que ganó un concurso de dibujo por la paz!
La jefa de Gobierno de CdMx, Clara Brugada, plantea una estrategia audaz, con comunidades escolares sin miedo. El gabinete de Seguridad Escolar instalado este lunes por ella contiene modelo de concertación y asertividad institucional. El planteamiento encuentra soporte en un esquema de videovigilancia del C5 capaz de identificar e inhibir conductas ilegales alrededor de las escuelas públicas y privadas, así como activar la disposición policial para garantizar seguridad.
Las líneas directas de denuncia como el 911 para emergencias, 089 con reportes anónimos, *765 en casos de violencia contra las mujeres o la línea antiextorsión 55 5036 3301 son parte de un arsenal útil en la estrategia.
La insoportable levedad del ser, con mayúscula, vulnerable —esa fragilidad inherente que Milan Kundera conceptualizó como la carga al enfrentar un mundo eventualmente incontrolable— debe superarse. Y la detención de criminales debe asumirse sumariamente.