La extorsión iba contenta / cobrando cuota al pasar / pero la Muerte atenta / la salió a desenmascarar. / “¡Ya basta de tus andanzas / de cobros y amenazas / hoy te toca descansar / yo te voy a erradicar!”
La probabilidad de contener y reducir las extorsiones es realidad, más allá de una calaverita para la ocasión. Una clave es construir comunidad: en contra del miedo y a favor de la confianza; en apoyo de la denuncia acompañada de medidas de protección y de seguimiento de la autoridad.
Un modelo estratégico en contra de uno de los delitos más propagados en América Latina y en México requiere la intervención no solo de gobiernos, también de las y los ciudadanos.
Algunos datos duros: el delito presenta este año un incremento del 15 por ciento en el país respecto del periodo enero-septiembre de 2019. La mitad de los casos se concentran en el Estado de México, Guanajuato y Veracruz.
También es necesario observar y atender estrategias exitosas generadoras de una disminución del 47 por ciento, como ha ocurrido en la Ciudad de México gracias al impulso de Claudia Sheinbaum, la colaboración de organismos como el Consejo Ciudadano para la Seguridad y la Justicia de la CDMX, cuya línea 55 5533 5533 combate este delito, o la utilización de apps como la llamada “No más extorsiones” de uso sencillo y gratuito.
Uno de los principales obstáculos ha sido el miedo de las víctimas a represalias. La denuncia anónima se ha convertido en una herramienta valiosa, a través de líneas como el 089 o el 911, operadas por el Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5). Para concentrar esfuerzo gubernamental, la Jefa de Gobierno Clara Brugada ha anunciado para este lunes la presentación de nuevo instrumental.
Los reportes generados mediante vías de acceso a la lucha contra la impunidad extorsiva permiten conocer los patrones de la actividad delictiva, desarrollar estrategias de prevención para anticiparse a la llamada delincuencial —si partimos del hecho de que el 98 por ciento de las extorsiones son vía telefónica—, así como mapear zonas de alta incidencia y enfocar los esfuerzos en esos puntos críticos.
De acuerdo con el análisis de más de 6 mil 500 reportes del C5 en lo que va del año, este delito tiene mayor prevalencia en las alcaldías Cuauhtémoc, Iztapalapa y Gustavo A. Madero, y ocurre principalmente entre las 14:00 y las 16:00 horas.
Profundizar la disminución lograda en la capital nacional requiere, como lo mencionó Brugada, en entrevista para MMILENIO con Alejandro Domínguez, una estrategia que vaya desde lo legislativo a lo preventivo.
Es necesario encarecer la comisión del ilícito. Eso busca la tipificación de la extorsión como delito grave, lo cual generaría prisión preventiva oficiosa.
Tecnología, leyes y denuncia ciudadana son aliadas para componer un réquiem a la extorsión.